| Staff Retirado Con Honores Denunciante Ultra
 |  Respuesta: Curiosidades y supersticiones en el futbol.
El partido de sus vidas
"Te dices: yo no fumo, no bebo, hago vida sana, soy deportista de alto nivel… Y, de repente, un día te dicen que tienes cáncer. En ese momento se te cae el mundo a los pies", ha relatado Carlos Roa, que no es el único futbolista en haber tenido que soportar esa sentencia. El guardameta argentino, que regresó a los campos de la primera división en 2005, un año después del ataque, por desgracia no puede recurrir a la justicia. Porque el fútbol no es un islote impermeable a los tormentos de la vida. La enfermedad y los accidentes nos recuerdan más bien su primera característica: no es más que un juego.
"Me anunciaron que tenía cáncer pocas semanas después de nacer mi hijo. Mi mujer quedó desolada y yo me preocupaba más por mis allegados que por mí mismo. Esta prueba obliga a relativizar el fútbol, a ver la vida desde una nueva perspectiva", confirma Stephen McPhail, centrocampista del Cardiff City, que ocultó su enfermedad a sus compañeros de equipo durante tres partidos a finales de 2009. "Eso me permitió olvidar, que es lo que me hacía falta". A sus 30 años, después de recibir tratamiento, el irlandés contempla ahora regresar a los terrenos de juego.
Al igual que Roa y McPhail, numerosos jugadores profesionales, y no los menores, se han rebelado con éxito contra un destino cruel. Han jugado su partido más importante por conservar lo esencial: la vida. Algunos han retomado el curso de sus carreras deportivas, otros se nutren de la esperanza de conseguirlo, mientras que otros han tenido que abandonar la competición por priorizar el deber de curarse.
Objetivo: la revancha
Porque los cuentos de hadas no existen solamente en los libros infantiles. El fútbol sabe escribir también historias con final feliz. Ivan Klasnić, actualmente en el Bolton, y Nwankwo Kanu, imprescindible todavía en el Portsmouth de la Premier League, son los dos ejemplos más recientes. El atacante croata, primer y único futbolista profesional en haber vuelto a jugar después de dos trasplantes de riñón, marcó un doblete tan sólo dos semanas después de su regreso a la competición con el Werder Bremen. El nigeriano, tras una operación a corazón abierto en 1996 que supuestamente significaba el fin prematuro de su carrera, se ha convertido en uno de los futbolistas más aclamados de su país y acumula ya 53 goles en el campeonato de Inglaterra.
Al grupo de los afortunados que se salvaron pertenece también el búlgaro Luboslav Penev. Un año después de haberse perdido la Copa Mundial de la FIFA 1994 para combatir un grave cáncer de testículos, ganó el doblete de liga y Copa de España con el Atlético de Madrid. Por su parte, el ex internacional argentino Hugo Morales, después de siete meses de tratamiento contra el cáncer y de una operación delicada, dio la victoria a su club, el Lanús, con un gol marcado en el último minuto en el partido de su regreso. "Nunca me rendí porque amo demasiado el fútbol para eso", recuerda Huguito. "Cuando el entrenador me anunció que me sentaría en el banquillo, yo le dije al médico del equipo que, si saltaba al campo, marcaría la diferencia. Fue fantástico: me aplaudieron hasta los seguidores de San Lorenzo. Ese gol fue un regalo magnífico de la vida y del fútbol".
Aquejado del síndrome de Guillain-Barré, el alemán Markus Babbel tuvo que abrir un doloroso paréntesis en plena eclosión de su carrera en el Liverpool. Hasta el punto de que la parálisis lo redujo a la silla de ruedas, que es como volvió a presentarse en Anfield para oficiar el saque de honor de un partido. Meses más tarde sorprendió a propios y a extraños con un retorno espectacular a la Premier League en un estado de espíritu transfigurado. "En aquel momento me convertí en otro hombre. Me di cuenta de hasta qué punto el fútbol era un deporte bello y a qué velocidad todo podía acabar", rememora hoy, después de haber vivido su primera etapa como entrenador al mando del VfB Stuttgart, el club en el que puso punto final a su carrera.
Lo importante está en otra parte
Al ex delantero de la Mannschaft Heiko Herrlich, máximo goleador de la Bundesliga en 1995, un tumor cerebral detectado en 2000 lo apartó de la alta competición. Su única ambición fue entonces la de sobrevivir. Un año más tarde, volvió a los campos luciendo la camiseta del Borussia Dortmund. Jamás recuperaría su nivel pero durante tres temporadas sería el favorito de los seguidores del BVB. El actual entrenador del Bochum extrajo una máxima de esa experiencia: "Cuando te caes, tienes que levantarte enseguida".
Es una moraleja con la que el australiano Craig Moore no puede estar más de acuerdo. Apenas ocho días después de la ablación de su testículo izquierdo, el defensa de los Socceroos retomó el camino de los entrenamientos con el Queensland Roar de la liga australiana; y en enero pasado, firmó con el AO Kavala de Grecia a fin de volver a soñar con la Copa Mundial. Para Neil Harris, delantero del Millwall, y Matt Duke, guardameta del Hull City, Sudáfrica es una utopía. Es igual: supervivientes de un cáncer de testículos, los generosos fundadores ingleses de la Everyman Male Cancer Campaign saben que lo importante está en otra parte. Por uno de esos guiños del destino, tras haber combatido contra el mismo adversario fuera del césped, ambos se vieron las caras en enero de 2009 en un partido de la Copa de Inglaterra que ganaron, todo hay que decirlo, los Tigres de Duke (2-0).
Para el francés Christophe Pignol, desgraciadamente el fútbol profesional se acabó. Cuando los médicos le diagnosticaron leucemia en 2001, colgó las botas. Luego de varios años de tratamiento, se ha curado y juega en un club de aficionados. Actualmente se dedica al fútbol sala cerca de Marsella y ha creado una asociación de investigación y de lucha contra la leucemia.
"Un mensaje de esperanza"
Julio González y Diego Buonanotte, sin embargo, no quieren ni oír hablar de la jubilación anticipada. Víctima de un terrible accidente de tráfico en diciembre de 2005, el delantero paraguayo, entonces en pleno auge en el Vicence de la Serie B italiana, fue sometido a la amputación de su brazo izquierdo. Cuatro años después, el goleador del Club Presidente Hayes no ha perdido ni su eficacia ni su optimismo. "El accidente que sufrí no fue tan terrible, porque me ayudó a comprender la verdadera belleza del mundo y de la vida", declara con filosofía. "En el hospital conocí a personas que estaban en un estado mucho peor que el mío, pero siempre les vi sonriendo. Hoy quiero ser yo quien transmita un mensaje de esperanza a quienes lo necesitan".
Uno de ellos es sin duda el joven promesa Diego Buonanotte. Fue el único superviviente de un trágico accidente de automóvil que acabó con la vida de tres de sus amigos en enero. Ahora, el menudo delantero del River Plate, uno de los más grandes futbolistas de Argentina, planea volver en el mes de mayo. La cuestión es, una vez más, tomarse la revancha contra el destino.
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