Dos al precio de uno


La matemática es una ciencia exacta: dos es el doble de uno, se mire por donde se mire. Cualquiera que haya jugado a fútbol sabe de las limitaciones de contar tan sólo con una pierna "hábil". ¿O acaso nadie ha soñado alguna vez con contar con la agilidad, la potencia y la precisión de la zurda de Roberto Carlos y de la diestra de David Beckham?
El ex centrocampista de la Albiceleste y actual director técnico de Argentinos Juniors, Claudio Borghi, asiduo en su tiempo de las rabonas, admitía hace tiempo la cárcel a la que le tenía sometido su pierna "buena": "Pegarle de rabona no es un lujo, ni tampoco demostración de calidad, es simplemente como gritar que tu otra pierna no sirve para nada".

Se trata, sin embargo, de un problema al que no ha tenido que enfrentarse jamás el astro francés Zinedine Zidane, ya que lograba con ambos pies resultados inimaginables. Quizá uno de los goles más bellos de la historia del fútbol sea el que anotó con el Real Madrid, nada menos que en plena final de la Liga de Campeones de la UEFA 2002, al Bayer Leverkusen. Aquella volea con la zurda desde la línea del área grande que se coló por la escuadra derecha de la portería germana quedará en el imaginario colectivo durante generaciones.

Goles "zurdos" de un jugador diestro
Es, cuando menos, reseñable que algunos de los mejores goles de un jugador diestro de nacimiento hayan sido con la zurda. Como el que le endosó al Reggina vistiendo los colores del Juventus. En aquella ocasión barrió a tres defensas en un solo quiebro en la frontal del área y progresó hasta meter, de nuevo por la escuadra, un potente zurdazo.
Pero todo esto venía de antes: en su primer partido con Les Bleus, frente a la República Checa en 1994, Zidane alojó en la portería rival un disparo desde fuera del área con la que, en teoría, era su pierna "mala".
La increíble destreza del mediapunta francés deja fuera de cuestión de dónde le viene esta agilidad. Pero en el mundo de los mortales hay ejemplos como el del sevillista Adriano, de quien se cuenta que consiguió esta habilidad extra a causa de una lesión sufrida de niño en la pierna derecha. No pudiendo esperar a su recuperación, aprendió a dominar el balón con la izquierda. Un esfuerzo del que aseguro que no se arrepiente ahora.
Algo similar le sucedió al delantero español David Villa. Con cuatro años, el Guaje se rompió la pierna derecha y, como ni con escayola se alejaba del balón, su padre le enseñó a pegarle con la zurda.

Tuve suerte. Era ambidiestro por naturaleza, pero también lo entrené mucho. Cuando tenía que driblar a un oponente, me sentía más cómodo con la izquierda, pero si tenía que lanzar un penal o una falta, lo hacía con la derecha.
Glenn Hoddle, ex internacional con Inglaterra.





El ruso Igor Kolyvanov, actual seleccionador Sub-21 de su país, demostró una precisión casi preocupante con ambas piernas en su paso por el Bologna de la Serie A italiana. Tal era su manejo de ambas que fue capaz de marcar dos goles de falta, uno con la diestra y otro con la zurda ¡en el mismo partido!
Un jugador así no hace sino provocar preocupación y desconcierto entre los defensores, que nunca sabrán qué lado tapar. Que le pregunten si no a Sergio Goycochea, meta internacional de Argentina durante la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990. En la mayor cita del fútbol, en la finalísima, el zurdo Andreas Brehme escogió lanzar el penal que daría la victoria a Alemania… con la derecha.
Quizá no al nivel del famoso líbero teutón, pero también con una incuestionable habilidad con ambos pies, jugaba el ex internacional inglés Glenn Hoddle, autor de estas palabras: "Es increíble la cantidad de jugadores talentosos que juegan con un solo pie. Incluso Maradona era un futbolista de una sola pierna. Como ambidiestro, las opciones que se te abren, todos los ángulos… son increíbles. Y hablo por experiencia".
Hoddle, uno de los jugadores a los que el Pelusa dejó sentado para marcar uno de sus mejores goles, el segundo en el Argentina – Inglaterra de cuartos de final de la Copa Mundial de 1986, se declaraba doblemente ágil de nacimiento: "Tuve suerte. Era ambidiestro por naturaleza, pero también lo entrené mucho. Cuando tenía que driblar a un oponente, me sentía más cómodo con la izquierda, pero si tenía que lanzar un penal o una falta, lo hacía con la derecha".

¿Una particularidad europea?
La lista la engrosan figuras de la talla del francés David Ginola, el italiano Gianluca Zambrotta, el eslovaco Lubomír Moravcík, el holandés Wesley Sneijder… Pese a parecer una especialidad exclusivamente europea, también destacan, entre muchos otros, el uruguayo Diego Forlán y el brasileño del Sao Paulo Anderson Hernanes.
Debido a esta habilidad especial, Hernanes ha jugado en multitud de posiciones tanto en el ataque como en el centro del campo. En una entrevista reciente con FIFA.com, el jugador sopesó los pros y los contras de esta poco habitual característica: "He jugado en todas las posiciones. A veces puedes ser algo positivo. La gente dice que soy versátil y que puedo hacer un montón de cosas. Por otra parte, esto puede ser precisamente un punto negativo. La gente puede decir que no soy un jugador que sepa lo que debe hacer en el campo".
¿Y qué hay de los porteros? Entre las rarezas del mundo de los ambidiestros se encuentra una especial combinación: hábil con el brazo y la pierna contrarios. Así, por ejemplo, el francés Fabien Barthez usaba su pie izquierdo y su mano derecha con precisión envidiable. Algo que le ocurre en la actualidad al arquero titular de la selección española, Iker Casillas, o al ex internacional brasileño Dida.
Claro que, a menos que cambien las reglas del fútbol, nunca podremos comprobar si, por ejemplo, el barcelonista Pedro sabe usar las dos manos tan bien como maneja las dos piernas.

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