Tema: repaso
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Antiguo 06-04-2010 , 16:18:17   #4
CHECO
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Predeterminado Respuesta: repaso

Nos besamos muy apasionadamente, como si el mundo se fuera a acabar en pocos minutos. Dado que aquella era la última vez que íbamos a estar juntos, decidí que se iba a acordar toda su vida. Aquella noche iba a devolverle todo lo que había hecho por mí dándole el mejor sexo que pudiera salir de mi cuerpo. No perdí el tiempo y la empujé hacia el sofá. Tropezó con el reposabrazos y quedó estirada boca arriba. Me puse encima de ella. En pocos segundos dejé sus pechos al descubierto y me lancé a por ellos. Los entrujé con ansia mientras metía mi boca entre ellos. Ella echó la cabeza hacia atrás y suspiró de placer. Yo le daba lametones por los dos pechos y le mordía los pezones.
Pronto mis besos empezaron a bajar por su vientre hasta que llegué al cierre de los pantalones. Salieron volando seguidos por sus bragas. Natalia me sorprendió con el coño totalmente depilado.
-¿Qué te parece?
Yo le contesté besándole el coño con fuerza y ella volvió a echar la cabeza hacia atrás. Tenía los labios abultados por la excitación y cuando le metí la lengua pude comprobar que ya estaba más que húmeda. Todo su agujero resplandecía de jugos y sin pensarlo me puse a beber de ellos. Natalia gemía cada vez más fuerte. Su pecho se movía arriba y abajo por la respiración excitada. Me iba a decir algo pero el orgasmo la sorprendió a la mitad. Las palabras se convirtieron en gritos y se corrió con mi lengua resiguiendo su clítoris y un par de mis dedos en su interior. Cuando se recuperó dijo:
- Dios, nunca me lo habías chupado así. Ha sido uno de los orgasmos orales más fuertes de mi vida.
Iba a incorporarse hacia a mí pero la detuve con una mano entre sus pechos. La empujé para atrás y volvió a quedar estirada con las piernas abiertas. Me desnudé en un santiamén y la penetré de un solo golpe. Ella gritó de placer y me rodeó con las piernas.
No le di un segundo de respiro y rápidamente me moví delante y atrás. En unos pocos vaivenes la hice correrse de nuevo y ya no dejó de empalmar un orgasmo detrás de otro hasta que me corrí. Quería que fuera una corrida especial, así que le levanté las piernas y coloqué sus tobillos encima de mis hombros. Con eso mi polla tocó el fondo de su coño y allí solté toda mi descarga. Natalia se quedó sin aliento con los ojos cerrados y muy tensa. Mi orgasmo fue muy breve pero muy intenso. Me recorrió todo el cuerpo empezando por los pies y acabando en mi cabeza. Cuando abrió los ojos le bajé las piernas al sofá y la besé con ternura.
- No tengo palabras para describirte lo que me has hecho sentir –dijo con un hilo de voz.
- Quiero que no olvides esta noche en toda tu vida –le dije mientras me retiraba de su coño y me estiraba a su lado.
- Ya lo creo que no. Ha sido brutal, no sabía que fuera multiorgásmica.
Nos quedamos así estirados, abrazándonos con brazos y piernas. Mientras nos estuvimos besando su coño se fue vaciando de mi semen mojándonos las piernas. Nos limpiamos usando su sujetador. Cuando estuvimos limpios descubrimos que teníamos hambre.
Ella también había previsto una noche especial y había preparado una cena muy romántica a la luz de las velas. Cenamos casi desnudos. Yo en calzoncillos y camiseta y ella en tanga y camisa. Natalia estaba muy sexy mostrando sus pechos y parte de sus pechos con la camisa medio abrochada. Fue una velada muy romántica y divertida en la que recordamos los buenos momentos que habíamos pasado juntos los últimos meses. Para completarla puso un LP en el tocadiscos y me invitó a bailar con ella.
- Hay canciones que hay que bailarlas con estos ******os antiguos.
Bailamos abrazados. Yo la cogía por la cintura y ella me rodeaba el cuello con sus brazos. Bailamos mucho rato después que el disco se acabara.
Con tanto roce se me volvió a poner dura y ella lo notó.
- Venga, ahora me toca a mí hacer que no olvides esta noche –dijo mientras me empujaba hacia el sofá.
Me sentó y se arrodilló ante mí. Mientras me bajaba los calzoncillos, me quité la camiseta. Mi polla quedó apuntando al techo y ella se la metió en la boca. Esperaba una de sus magistrales mamadas que parecía que no se acababan nunca, pero no fue así. En cuanto me la hubo humedecido un poco, se levantó y se quitó el tanga.
- ¿Ya? –pregunté deseando una mamada más larga.
- Quiero tenerte el máximo tiempo posible dentro de mí –contestó Natalia sentándose a horcajadas encima de mí.
Refregó un par de veces el coño por encima de mi polla antes de metérsela de una tirada. Mis huevos quedaron aplastados por sus nalgas cuando mi polla tocó el fondo de su coño. Era genial. Aproveché la postura para meterle las manos debajo de la camisa y sobarle las tetas. Tenía los pezones muy duros. Natalia se desabrochó el único botón que llevaba abrochado y devoré sus pechos como si hiciera meses que no comía. En esta postura no hubo el típico mete-saca. Ella movía la pelvis delante y detrás sin sacar mi polla de su coño. Notaba como su clítoris se frotaba con mi cuerpo arrancándole gemidos. A mí por mi parte, me provocaba un placer distinto al de otras penetraciones. Era más suave y relajado que los polvos que había tenido antes con Natalia. Poco a poco el placer fue creciendo y mi ansia también.
- Muévete, necesito follarte –le pedí agarrándola de las nalgas.
- Si quieres que me mueva, tendrá que ser en otro sitio.
Entonces se levantó, me dio la espalda y se volvió a sentar encima de mí. Esta vez el agujero que quedaba encima de mi polla era su ano. Natalia se abrió las nalgas con las manos, coloqué la punta de mi polla en su agujero trasero y se dejó caer. Soltó un grito seco cuando mi polla la empaló de una sola vez.
Apoyó la espalda sobre mi pecho y la rodee con mis brazos. Una de mis manos se posó en un pecho y la otra en su coño depilado. El tacto de sus labios era muy suave y resbaladizo, mis dedos le aprisionaron rápidamente el clítoris. Ella empezó a moverse arriba y abajo. Fue sensacional. Yo estaba quieto mientras ella hacia todo el movimiento. El recorrido de mi polla en su culo nos mataba de placer. Yo le daba besos en el cuello mientras pasaba a meterle un dedo en el interior de su coño.
La larga penetración anterior que había tenido en su coño me había dejado muy caliente. En poco tiempo sentí que mi orgasmo estaba cerca y se lo dije al oído. Ella respondió moviéndose más rápido. El placer era enorme y pronto se volvió insoportable. Ella se detuve justo en el momento que iba a eyacular y apretó con fuerza las nalgas. Sus músculos me estrujaron deliciosamente la polla mientras vaciaba mis huevos en su interior. Fue una corrida que no he vuelto a repetir. Parecía como si las paredes de su ano ordeñaran mi polla.
- Me falta un poco –me dijo cuando me hube recuperado de mi orgasmo.
- Yo lo arreglo –dije pasando a meterle tres dedos en el coño.
Ella respondió con un gritó y empezó a jadear al ritmo de mis dedos. Mi polla se fue reblandeciendo en el interior de su culo mientras ella se acercaba al clímax. Mis dedos se movían cada vez más rápido al igual que su respiración. Su cuerpo estaba muy agitado cuando por fin le llegó el orgasmo. Se corrió mientras giraba la cabeza y me besaba en la boca.
Al levantarse su ano abierto dejó caer toda la leche que había soltado en su interior encima de mí. Me limpió con su tanga mientras me decía lo especial que estaba siendo la noche. Nos fuimos a dormir a su habitación satisfechos y cansados de la sesión de sexo.
Por la mañana me desperté poco antes que ella y la estuve observando. Realmente iba a echar mucho de menos a aquella mujer.
- ¿Qué miras? -preguntó al despertarse.
- A ti. Durmiendo estás muy guapa.
- Gracias -dijo acercándose a mí abrazándome.
Como es costumbre mi polla estaba dura a primera hora de la mañana y ella no tardó en notarlo.
- Vaya, parece que ya estamos todos despiertos. Cómo esta es la última vez que vamos a estar juntos, voy a dejar que hagas conmigo lo que quieras.
- No te muevas y déjame a mí.
La estiré boca abajo y le metí mi almohada debajo de su vientre dejando así su culo un poco levantado. Le abrí las nalgas con las manos y ante mí aparecieron esos dos orificios con los que tanto había gozado. Estaban todavía un poco abiertos como consecuencia del sexo del día anterior.
Le di un par de besos y lametones a su coño que la hicieron jadear y luego me dediqué a trabajarle el ano. Aunque estaba más abierto que de costumbre, me dediqué mucho tiempo a lubricárselo y abrírselo bien. Ella se extrañó.
- Aunque me encanta lo que estás haciendo, no hace falta que lo prepares tanto. Con la práctica que hemos ido teniendo ya no me duele cuando me penetras por detrás.
- Anoche me quedé con las ganas de follarte el culo como dios manda. Quiero tener la penetración anal más larga que pueda sin hacerte daño -le dije sacando la lengua de su ano.
Seguí un rato más hasta que decidí que ya estaba listo. Tenía todo el ojo del culo bastante abierto y muy mojado. Me estiré encima de ella y levanté mi culo apuntando mi polla a sus nalgas. Natalia se las abrió y me dejé caer de golpe en su interior. Mi polla resbaló sin problemas golpeando mi cuerpo contra el suyo arrancándonos un gritó a ambos.
La rodeé con los brazos y apoyé mis manos en sus pechos. Una vez estuve bien agarrado empecé a moverme adelante y atrás suavemente. Quería que aquello durara así que no tenía ninguna prisa. La noche anterior me hacia saciado, y mucho, con Natalia de manera que a aquel ritmo tardé muchísimo en querer correrme. Fue una cogida larga en la que no paré de masajearle los pechos, besarle la nuca y susurrarle lo mucho que había significado para mí todo lo que habíamos pasado juntos.

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