Todos conocían a Bella como una perra tranquila. A pesar de que se escribe igual en español, Diego la llamaba en italiano. Para él era "Bela". Seguramente, jamás imaginó que, jugando con ella, terminaría en un hospital. Fue ayer a la madrugada cuando el técnico de la Selección ingresó al Sanatorio Los Arcos, en Palermo. Su Shar Pei, la única que tiene a pesar de que a Maradona le encantan los ejemplares de esa raza, le había mordido la cara en una reacción inesperada. A las cuatro de la mañana, ya lo estaban operando. Según el parte médico oficial, se le hizo una "cirugía reconstructiva de su labio superior".
La herida, en definitiva, fue importante. No sólo le afectó el labio sino una parte de la cara, puntualmente en el cachete. Hasta trascendió que le tuvieron que dar diez puntos de sutura y que eso hizo que los médicos tuvieran que recurrir a una reparación estética en su rostro. Por este accidente, Diego no pudo asistir ayer al predio de AFA, donde tenía previsto una reunión con su cuerpo técnico para empezar la preparación interna del Mundial Aunque desde su quinta en Ezeiza, ahí donde sufrió el accidente, estuvo al tanto de todo lo que hablaron.
Una vez realizada la microcirugía, Maradona descansó en el sanatorio hasta que pasado el mediodía de ayer fue dado de alta. Allí, en la habitación, estuvo acompañado por su hija Dalma y también su hermano Lalo. Todos dijeron que, a pesar de la molestia que tenía por las características de la herida, estaba de muy buen ánimo.
Según los médicos, el DT deberá hacer tres días de reposo, pero una vez superado ese tiempo, no tendrá problemas en volver a cumplir sus funciones. Lo que tiene por delante es mucha actividad: si bien falta la confirmación oficial, ayer quedaron definidos otros dos partidos amistosos previos al
Mundial: el del 4 de mayo, en Neuquén, ante Haití, con convocados del medio local. Y el del 29, en Dubai, ante el seleccionado local, antes de pisar Pretoria.
Justamente, este domingo partirá rumbo al bunker argentino en Sudáfrica una delegación integrada por Bilardo, Humbertito Grondona, el doctor Villani, un arquitecto y hasta un canchero, para supervisar las reformas solicitadas.
Mientras, Diego se recupera. El irá al Mundial. Bella, está claro, no.