La
contaminación lumínica es un concepto que hace referencia al exceso de iluminación en zonas no deseadas. Es un sinónimo de baja eficiencia y desperdicio energético y se produce durante la noche cuando el exceso de luz artificial incide en los gases y partículas del ambiente provocando un resplandor y brillo en el cielo debido a la reflexión de la luz.La
contaminación lumínica es provocada por un mal enfoque y aislamiento o apantallamiento de las fuentes de luz, de forma que esta se envía al cielo o a lugares que no debieran estar iluminados.
Este tipo de contaminación no sólo afecta a la estética de las ciudades o provoca un exceso de consumo eléctrico, si no que además dificulta una correcta navegación aerea y imposibilita el trabajo de los observatorios astronómicos. Algunas de las ventajas que provienen de la reducción de la
contaminación lumínica son:
- Ahorro energético, y por lo tanto disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Ayuda a proteger el medio ambiente, gracias a que perturbamos en menor medida los ecosistemas naturales y los procesos que realizan los animales y plantas que los habitan.
- Mejoran la convivencia evitando molestias a los ciudadanos debido a los resplandores y excesos de iluminación,
- Ayudan a una conducción más segura reduciendo los deslumbramientos, y mejoran del mismo modo el tráfico aereo.
- Permiten el trabajo de los observatorios astronómicos.
Existen desde hace unos años numerosas acciones por parte de los gobiernos, para cambiar las farolas y fuentes de iluminación artificial de las calles de forma que estas sean más eficientes energéticamente y contaminen menos luminicamente. En la web de la
IAC se pueden ver ejemplos tomados en algunos ayuntamientos, y las
fotos del antes y después de haber cambiado las fuentes de luz. En la web del colegio de arquitectos de Sevilla se pueden encontrar una serie de
recomendaciones para la protección del cielo.
Y es que el proteger el cielo es muy importante, como se establece en la
declaración universal de los derechos de las generaciones futuras de la Unesco:
“Las personas de las generaciones futuras tienen derecho a una Tierra indemne y no contaminada, incluyendo el derecho a un cielo puro”