Cierto día, un hombre entró en una tienda de antigüedades y se deparó con una bellísima estatua de una rata. Impresionado con la belleza de la obra de arte, se dirigió inmediatamente al vendedor y le preguntó el precio:
- Cuánto cuesta?
- La estatua cuesta 50 dólares y la historia de la rata cuesta 1.000.
- Qué? Está loco? Voy a llevar solamente la estatua.
Feliz y contento el hombre salió de la tienda con la estatua debajo del brazo. A medida que iba andando, se dio cuenta que una enorme cantidad de ratas salían de los basureros y alcantarillas y lo empezaron a seguir.
Corriendo desesperado, el hombre se dirigió al puerto y arrojo la estatua con todas sus fuerzas hacia el océano. Perplejo, vio que toda esa horda de ratas se lanzaron atrás y murieron ahogadas.
Casi sin fuerzas, el hombre regresó al anticuario y, al verlo, el vendedor le preguntó:
- Vino a comprar la historia, no es verdad?
- No. Lo que quiero saber es si tiene una estatua de CHAVEZ...