El famoso restaurante capitalino le negó la entrada por estar uniformado.

Según la denuncia hecha por el secretario general de la Alcaldía de Bogotá, Yuri Chillán, el coronel Gildardo Pico llegó el viernes hacia las 8:30 de la noche a Andrés D.C., el restaurante ubicado en el centro comercial El Retiro, en el norte de Bogotá.
El coronel Pico, vestido con el traje de gala de la Policía, iba a asistir esa noche a una cena con por lo menos 150 personas, entre ellas miembros de la misión internacional de observación electoral, y organizada conjuntamente por la Alcaldía de Bogotá y la Registraduría.
"Era un evento de protocolo y al alto oficial le informan que no puede ingresar por ir con su uniforme. A nosotros nos pareció un incidente francamente molesto, porque discriminan a una persona que se juega la vida por garantizar la seguridad de toda Bogotá. Lamentamos que esto ocurra", anotó Chillán.
El alto funcionario del Palacio Liévano manifestó que se comunicó con la administradora del establecimiento, quien le ofreció excusas por el incidente.
El propietario del establecimiento, Andrés Jaramillo, está fuera del país.
EL TIEMPO habló con Angélica Sierra, vocera de Andrés Carne de Res, quien lamentó lo ocurrido y dijo que el episodio "entristece él corazón de esta casa".
Explicó que el incidente surgió cuando el grupo de seguridad del evento, dirigido por el teniente Fabián Figueroa, ingresó al restaurante y, luego de una verificación, dio la orden de no autorizar el ingreso de más uniformados.
"Esta instrucción se comunica a nuestros colaboradores de comedores, acomodación y seguridad", explicó Andres Carne de Res, en una carta enviada a este diario.
"Nuestros tripulantes, en ningún momento discriminaron al comandante, simplemente siguieron las instrucciones dadas, en pro de la seguridad y bienestar de los asistentes al evento", agregó la comunicación.
Aunque la Alcaldía afirmó que el oficial iba con el traje de gala, el restaurante dijo en el comunicado que vestía chaqueta verde reflectiva.
"Nuestra casa es un paraíso abierto y sin muros, alejado de prejuicios y convencido de la amistad que nace en la tertulia y sana convivencia", señala la comunicación de Andrés Carne de Res, enviada a EL TIEMPO.



Siempre he odiado estos lugares, en los cuales los dueños se crean mejores que los demas, es asqueroso que existan casos de discriminacion comprobados en restaurantes y rumbiaderos, aL señor Andres tuve la oportunidad de conocerlo alguna vez y puedo decirles que es de lo poercito como persona que he conocido, casi es un requisito para trabajar alla que se lo den al señor las meseras, ademas de las cantidades exageradas de droga que mete, abajo todos estos chuzos malditos elitistas...quiero aclarar que mi nivel socio economico me da para ir a estos lugares, pero siempre los evito, me da asco la clase de gente que se mueve hay.