| Staff Retirado Con Honores Denunciante Ultra
 |  Respuesta: Curiosidades y supersticiones en el futbol.
El fútbol al revés
Hace varias semanas, se ofrecía un reportaje sobre las “cabezas pensantes” del fútbol, los intelectuales que desmienten el tópico de que los jugadores únicamente utilizan su cabeza para golpear el balón. Sin embargo, hay que admitir que a veces en el deporte rey se producen situaciones en las que el ridículo rivaliza con lo grotesco…
Y como no podía ser menos, empezaremos por los campeones del mundo. El brasileño Kaká, reputado por su visión de juego, no parece encontrarse tan cómodo en terreno desconocido. Aunque para el mediapunta de la Seleção no hay un solo centímetro del césped que oculte secretos, su sentido de la orientación tiene límites. En agosto de 2009, cuando Brasil estaba en Estonia para disputar un partido amistoso, el centrocampista del Real Madrid no conseguía conciliar el sueño. En lugar de recurrir a un libro o a una película, decidió pasear por el barrio medieval de Tallin, la capital. Pero fue incapaz de encontrar el camino de vuelta al hotel. Afortunadamente, un Balón de Oro con chándal amarillo y verde pasa difícilmente desapercibido en Estonia. Dos policías se fijaron en él y lo acompañaron…
Es evidente que la geografía no formaba parte del programa de repaso estival, ya que a la semana siguiente, durante el sorteo de las eliminatorias de la UEFA Europa League, el Lille, club del norte de Francia, se congratuló por el “desplazamiento tan corto” que iba a tener que realizar para medirse con el Genk. Convencidos de que sólo tendrían que recorrer 74 km hasta el campo del equipo belga, los Dogos acabaron dándose cuenta el día del partido de que habían confundido Genk con Gante… Por suerte, Bélgica no tiene una extensión enorme, y su destino se hallaba a sólo 214 km. En el camino de vuelta ya habían olvidado el susto que llevaron, despidiéndose de Genk con un 4-2 a favor.
Todos los futbolistas pueden confirmarlo, el trayecto siempre parece más largo cuando se pierde. El RC Lens puede dar fe de ello. Tras recibir un 3-0 frente al Le Mans en septiembre pasado, los Sangre y Oro tenían prisa por irse de Sarthe. Tanta, ¡que olvidaron a su capitán, Eric Chelle, en el aparcamiento del estadio!
La playa y el fútbol
Ese contratiempo no habría podido ocurrirle al legendario escocés Jimmy Johnstone. Conscientes de la gran contribución de “Jinky” al fútbol nacional, como la Copa de Europa de Clubes Campeones de 1967 con el Celtic, sus compañeros lo sacaron de un apuro. Para celebrar un triunfo por 2-0 sobre Gales en 1974, el seleccionador Willie Ormond dio la noche libre a sus jugadores, días antes de cruzarse con su eterno rival, Inglaterra. Jonhstone nunca decía que no a una fiesta, pero a menudo sí a marcharse del bar…
Camino del hotel, vio una barca abandonada en la playa, ¡y tuvo la buena idea de meterla en el agua y subir a ella! “Levantaba los brazos y gritaba ‘Scotland! Scotland!”, recuerda su compañero Donald Ford veinte años después. “Pero no tenía remos, y unos minutos más tarde ya estaba muy lejos, sin comprender lo que pasaba”. Haciendo gala de un gran compañerismo, Ford y Denis Law se apresuraron a advertir a los guardacostas, quienes evitaron males mayores. A Ormond no le pareció nada bien lo ocurrido, pero aun así alineó a Johnstone frente a los ingleses, y el náufrago firmó una actuación magnífica, conduciendo a Escocia a la victoria por 2-0.
Definitivamente, playas y fútbol no se llevan bien, puesto que el estadounidense Frankie Hejduk, incondicional del surf, dudó mucho tiempo entre una carrera sobre las olas o en el césped. Hoy en día es uno de los pilares de la selección de Estados Unidos, pero estuvo a punto de decirle adiós en 1997, apenas seis meses después de su primera convocatoria, debido a su comportamiento más playero que de futbolista profesional. Al centrocampista no le funcionó el despertador al día siguiente de una fiesta entre amigos… ¡cuando debía partir hacia China para un amistoso! Esa indolencia no gustó nada al seleccionador de entonces, Steve Samson, quien tan sólo le dio seis minutos de juego en un año…
El tiempo siempre es relativo
Seis minutos, ¡cuatro menos que el récord del entrenador más efímero del mundo! El ex delantero del West Ham Leroy Rosenior estuvo únicamente diez minutos al mando del Torquay United en 2007. Porque, en el momento mismo en que fue nombrado, el club se vendió a un consorcio local, que situó de inmediato en el banquillo a otro técnico, Paul Buckle. “Evidentemente, me echaron diciéndome que había hecho un trabajo muy bueno durante esos diez minutos”, bromeaba Rosenior al hacer las maletas.
También fue entre bastidores donde transcurrió el episodio más rocambolesco de la historia del París Saint-Germain. En la ronda previa de la Liga de Campeones de la UEFA 1997, los parisinos viajaron a Bucarest para enfrentarse al Steaua, pero se olvidaron de comprobar el correo antes de irse. De hacerlo, hubieran encontrado un aviso de la UEFA acerca de la suspensión de Laurent Fournier. La directiva del club en aquella época argumentó que el fax había caído detrás de un mueble para justificar su torpeza. Como resultado, a pesar de caer por un ajustado 3-2, el organismo rector del fútbol europeo concedió al conjunto rumano un triunfo por 3-0. Ese incidente pudo haber provocado la ira de los hinchas, ¡aunque el equipo lo evitó remontando con un 5-0 en la vuelta!
Pero los dirigentes no tienen el monopolio de los errores, y los jugadores están bien situados en la pugna por decidir cuál ha sido la situación más embarazosa. El alemán Marcell Fensch, por ejemplo, se sentía muy feliz por ir a saltar al campo frente al Schalke 04 en la temporada 1997/98 de la Bundesliga. Tanto, ¡que dejó su camiseta en el vestuario! Cuando regresó con ella, el equipo había recibido el primer gol de una derrota por 2-0… El ex delantero marsellés Cyril Chapuis, por su parte, tuvo más suerte, ya que en la campaña 2002/03, cuando entró en juego ante el Metz, al quitarse el chándal se percató de que había olvidado los pantalones…
Mala suerte... y algo más
Y continuando con las negligencias, nos fijamos por último en la selección colombiana, que en 2006, durante un entrenamiento en la víspera de un amistoso contra Alemania, ¡descubrió que había olvidado todas las botas de sus jugadores en Polonia, donde había jugado días antes!
Para terminar esta vuelta al mundo de los despistes, entramos en el césped, con dos acontecimientos tan cómicos para los espectadores como tristes para sus protagonistas. El argentino Martín Palermo, capaz tanto de lo mejor (marcar un gol de cabeza desde 40 metros) como de lo peor (fallar tres penales en un mismo partido) lamentará mucho tiempo haber celebrado un gol con el Villarreal junto a sus hinchas. Bajo el peso de los aficionados, cedió un murete de hormigón, rompiéndole la pierna al jugador e impidiéndole disputar la Copa Mundial de la FIFA 2002…
En cuanto al defensor camerunés André Bikey, en la semifinal de la Copa Africana de Naciones 2008 recibió una tarjeta roja por empujar… ¡a un masajista del equipo rival! Bikey, sancionado para la final, asistió desde las gradas a la derrota de los Leones Indomables a manos de Egipto…
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Última edición por Sinclair; 14-03-2010 a las 01:54:56 |