Oda Nocturna.
Cual gloriosa sensación
eres mujer de tés morena,
oda nocturna
magnifico momento,
labios nacarados,
triunfo de la vida sobre la muerte.
A lo lejos te contemplo
no lo sabes,
pero eres mi palabra,
verso fino y eterno,
me impregno de tu perfume
incienso celestial,
estas hecha de amor dulce
y agua salada,
caminas entre nubes, con los
tobillos desnudos,
pisas las praderas
te sostienen los girasoles, yo te
vuelvo poesía
y cuento
¡Literatura viva!
Sorbo tus miradas lentamente
eres la miel del Olimpo,
reclamo tu tierra
–inhóspita mujer de las Indias-
en nombre del amor, convoco
a los cuatro vientos para que
mesan tu cabello en
una sutil brisa.
Te vas develando en los
confines de la tierra
estoy al otro lado
sin rumbo, se que
estas cerca
lo siento, tu olor
a Silvana me lo dice
así que decido buscarte
¿Dónde? Donde sea necesario,
esperar jamás, la espera
vuelve amarga, simple y vieja
el alma.
Quisiera nacer de nuevo
¡Oh mujer de tés morena!
Salir de tu vientre,
ser tu hijo,
juguetear en tu regazo
y volverme niño
con el único animo
de estar a tu lado.