Ver Mensaje Individual
Antiguo 03-03-2010 , 16:25:58   #6794
-Damphir-
Staff Retirado Con Honores
Denunciando Sponsor
Denunciante Dorado
 
Avatar de -Damphir-
Me Gusta -Damphir- apoya: Denunciando
Estadisticas
Mensajes: 21.582
Me Gusta Recibidos: 6603
Me Gustas Dados: 6228
Ingreso: 14 jun 2008

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 7
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 433
Puntos: 815183
-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación-Damphir- tiene reputación más allá de la reputación
Premios Recibidos
Reporte De Errores Medalla A La Colaboracion Mencion De Honor Denunciando Mencion De Honor Denunciando Mencion De Honor Denunciando Mencion De Honor Denunciando 
Total De Premios: 9

  
Predeterminado Respuesta: 99999 conteo regresivo vamos a ver kien es el cero el ke sea cero le doy 10 lukas

1 9 2 6

Grazia Deledda

Premio Nobel

Texto Representativo

Adesso Cosima aveva quattordici anni, e conosceva dunque la vita nelle sue piú fatali manifestazioni. Ma nonostante quella paura misteriosa della fatalità che si era annidata nel suo cuore, poiché questo cuore era poi fisicamente e moralmente sano, ed ella aveva ereditato dal padre e dagli avi paterni, quasi tutti agricoltori e pastori, quindi patriarcalmente uniti alla terra e alla natura, un fondo di bontà, d’indulgenza, di filosofia, sentiva profonda la gioia di vivere.
Durante l’infanzia aveva avuto le malattie comuni a tutti i bambini, ma adesso era, sebbene gracile e magra, sana e relativamente agile e forte. Piccola di statura, con la testa piuttosto grossa, le estremità minuscole, con tutte le caratteristiche fisiche sedentarie delle donne della sua razza, forse d’origine libica, con lo stesso profilo un po’ camuso, i denti selvaggi e il labbro superiore molto allungato; aveva però una carnagione bianca e vellutata, bellissimi capelli neri lievemente ondulati e gli occhi grandi, a mandorla, di un nero dorato e a volte verdognolo, con la grande pupilla appunto delle donne di razza camitica, che un poeta latino chiamò “doppia pupilla”, di un fascino passionale irresistibile.
Per la morte di Enza fu ripreso il lutto, chiuse ancora le finestre, ripresa una vita veramente claustrale. Ma un lievito di vita, un germogliare di passioni e una fioritura freschissima d’intelligenza simile a quella dei prati cosparsi di fiori selvatici a volte piú belli di quelli dei giardini, univa le tre sorelle in una specie di danza silenziosa piena di grazia e di poesia. Le due piccole, Pina e Coletta, leggevano già anch’esse avidamente tutto quello che loro capitava in mano, e, quando erano sole con Cosima si abbandonavano insieme a commenti e discussioni che uscivano dal loro ambiente e delle ristrettezze della loro vita quotidiana. E Cosima, come costrettavi da una forza sotterranea, scriveva versi e novelle.
Andrea aveva molti difetti, ma era anche generoso, forse troppo: e la sua generosità era alimenta da un po’ di amor proprio, di vanità, di boria; ma spesso era anche schietta e naturale. Aveva, poi, impeti di vero entusiasmo per cose che agli altri sembravano degne di poco aiuto, se pure non di essere contrariate; e allora gli sembrava di fare atto di giustizia mettendosi dalla parte del debole. Cosí, quando si venne a sapere che la sua sorellina Cosima, quella ragazzina di quattordici anni che ne dimostrava meno e sembrava selvaggia e timida come una cerbiatta bambina, era invece una specie di ribelle a tutte le abitudini, le tradizioni, gli usi della famiglia e anzi della razza, poiché s’era messa a scrivere versi e novelle, e tutti cominciarono a guardarla con una certa stupita diffidenza, se non pure a sbeffeggiarla e prevedere per lei un quasi losco avvenire, Andrea prese a proteggerla e tentò, in modo invero molto intelligente ed efficace, ad aiutarla.

DELEDDA, G. Cosima, Milano, Arnoldo Mondadori, 1975, pp. 55-56.

Traducción Castellana

Ahora Cósima había cumplido ya catorce años y conocía la vida en sus más fatales manifestaciones. Pero, no obstante el misterioso miedo a la fatalidad que había anidado en su corazón, sentía profundamente la alegría de vivir, puesto que su corazón era fuerte física y moralmente y había heredado del padre y de los antepasados paternos, casi todos agricultores y pastores, y por ello, unidos patriarcalmente a la tierra y a la naturaleza, un fondo de bondad, de indulgencia y de filosofía.
Durante su infancia había contraído las enfermedades normales en los niños, pero ahora se encontraba, aunque grácil y delgada, sana y relativamente ágil y fuerte. De poca estatura, con la cabeza más bien grande, minúsculas las extremidades, con todas las características físicas sedentarias de las mujeres de su raza, quizá de origen líbico, con el mismo perfil un poco chato, los dientes salvajes y el labio superior muy alargado; tenía, sin embargo, una tez blanca y aterciopelada, un bonito pelo negro, ligeramente ondulado, ojos grandes almendrados de un negro dorado y, a veces, verdoso, con las enormes pupilas de las mujeres de raza camítica, de un apasionado e irresistible encanto, que un poeta latino llamó «doble pupila».
Con la muerte de Enza el luto volvió a cerrar las ventanas y empezó, de nuevo, una vida verdaderamente de clausura. Pero, un fermento de vida, un brotar de pasiones y un florecer de fresquísima inteligencia, semejante a la de los prados sembrados de flores silvestres, más bellas a veces que las de los jardines, unía a las tres hermanas en una especie de danza silenciosa llena de gracia y poesía. Las dos pequeñas, Pina y Coletta, leían ya con avidez todo lo que caía en sus manos y cuando estaban a solas con Cósima se abandonaban las tres a comentarios y discusiones que se salían de su ambiente y de las limitaciones de su vida cotidiana. Y Cósima, como obligada por una fuerza subterránea, escribía versos y cuentos.
Andrea tenía muchos defectos, sin embargo, era generoso: quizá demasiado; y su generosidad estaba alimentada por un poco de amor propio, de vanidad y de orgullo, pero muchas veces era sincera y natural. Además, se entusiasmaba con verdadero ímpetu por cosas que a otros les parecían dignas de escaso apoyo, aun cuando no hubiera que oponerse a ellas; y, entonces creía llevar a cabo un acto de justicia poniéndose de parte del débil. Así cuando se supo que su hermanita Cósima, la jovencita de catorce años que demostraba menos y que parecía salvaje y tímida como una cervatilla era, por el contrario, una especie de rebelde a todas las costumbres, tradiciones, usos de familia y también de raza, puesto que se había puesto a escribir versos y narraciones, y todos empezaban a mirarla con cierta sorprendida desconfianza, y hasta a burlarse de ella, presagiándole casi un hosco porvenir, Andrea se dispuso a protegerla, e intentó ayudarla, de un modo, a decir verdad, muy inteligente y eficaz.

DELEDDA, G. Cósima, introducción, traducción y notas de María Teresa Navarro Salazar, Madrid, Espasa Calpe, 1983, pp. 95-96.

__________________
-Damphir- no está en línea  
 
Page generated in 0,08628 seconds with 11 queries