Especial Barcelona: De Pedrito a Emperador


Mientras Messi, Iniesta, Xavi e Ibrahimovic se roban todos los primeros planos, sin tanto glamur brilla con luz propia una estrella que creció con la filosofía culé y que a fuerza de goles se ha convertido, en poco tiempo, en el fenómeno que es hoy. Anoche llegó a las 50 batallas e hirió haciendo el primero del Barcelona ante el Málaga. Pedro hiere siempre a las defensas contrarias. Y llega a lo más profundo del corazón blaugrana.



Napoleón Bonaparte, durante sus batallas, solía usar algún atuendo de color rojo. De esa forma, si era herido, no se le notaría la sangre, sus soldados no se preocuparían y no dejarían de luchar. Toda una prueba de honor y valor.
Doscientos años más tarde, Pedro Rodríguez Ledesma, más conocido como Pedrito, es el emperador que utiliza la blaugrana para disimular el salpicón que produce cada herida mortífera encajada al guardameta de turno. Toda una prueba de astucia en el goleador.

No por nada ha nacido aislado. Su destino era estar alejado de la ostentación, del pecado de quienes viven en las tinieblas. Su meta es consagrarse desde la humildad, el esfuerzo y el talento. El verano de 1987 se puso su mejor traje, el de las grandes ocasiones, y se preparó para recibir al nuevo crack del F.C Barcelona. Fue en Tenerife, la isla de la fantasía del chaval de esta historia.
En el CD San Isidro comenzó su carrera como futbolista, debutando con el primer equipo en Tercera División con sólo 16 años. Ése era el premio a los 24 goles que había anotado en la temporada 2003/04 en la liga de su categoría. T
res días después de su cumpleaños número 17, el 1 de agosto de 2004, arribó al club que hoy le pone en lo más alto de su corta vida. Espías catalanes encontraron la mina de oro, y desde entonces la han venido explotando para bien de todos en el Barcelona Juvenil A, Barcelona B y C, hasta llegar al primer equipo.
Rostro de buena gente, es enorme a pesar de no llegar al metro setenta de altura –“Me dicen Pedrito porque siempre fui pequeñito”, explicó alguna vez-. En 2009 hizo lo que nadie antes, al marcar en las Supercopas española y europea, Copa del Rey, Champions, Liga y Mundial de Clubes. Lo mismo que decir que hizo goles en todos los torneos que participó y conquistó su equipo. ¿Sus primeras víctimas en cada competición? Athletic de Bilbao, Shakhtar Donetsk, Cultural, Dinamo de Kiev, Almería y Atlante, respectivamente.

Pedro brilla con luz propia. A fuerza de gritos está forjando su lugar en el once titular de Guardiola, un entrenador que le conoce desde su estadía en la filial del club catalán. Fue justamente Pep quien en enero de 2008 le recomendó con Frank Rijkaard para reemplazar al entonces no disponible Santi Ezquerro. El día siguiente a su debut en Liga, terminó el entrenamiento con el primer equipo y fue a las gradas a ver a sus habituales compañeros, pues jugaban un duelo importante de cara al ascenso a Segunda B. Nunca olvida de dónde viene.
El 12 de ese mes parecía un día más. El Camp Nou estaba lleno como siempre que el Barça se dedica a emular alguna sinfonía de Beethoven o Mozart. Pero aquella velada era especial, y no por el rival, que era el Murcia. Sesenta mil almas verían por primera vez al joven que horas antes estaba concentrándose para el match ante el Balaguer. Eto’o era el sustituido en el minuto 88, y el choque de manos con Pedrito quizás algo de magia camerunesa transmitió. En cada pelota que tocó fue aplaudido por el público culé.
“Cambia todo, los jugadores, el ambiente, pero estaré siempre encantado de jugar donde me digan y ayudar al equipo con mi juego”, reflexionaba en referencia a lo que implicaba cambiar el chip y adaptarse a las circunstancias. Y vaya si se adaptaba, que Guardiola, en agosto pasado, le ha hecho firmar su primer contrato profesional que le ligará con la entidad hasta el 2014, con una cláusula de rescisión que se eleva a los 75 millones de euros.
Ayer ante el Málaga llegó a su batalla número 50 e hirió con el primero de su equipo. Salió ovacionado por todo el Camp Nou, como en su debut. Pedro, por primera vez titular en los últimos nueve encuentros, le responde a su entrenador dándole parte de los tres puntos que significan seguir por encima del Real Madrid. Ahora sólo queda disfrutarlo, esperar por muchas más conquistas, por más salpicones en su camiseta, por más gritos catalanes.