Fraudes, asesinatos y robos han provocado las condenas más altas de la historia.
384.912 años (1972). Palma de Mallorca, España. Gabriel March Grandos, un cartero de 23 años de edad, fue condenado por no haber entregado un estimado de 42 mil 768 cartas.
10.000 años (1981). Alabama. EE.UU. Dudley Wayne Kayzer asesinó a su esposa, a su suegra y a un estudiante universitario.
7.109 años (1961). Irán. Dos embaucadores recibieron los años de prisión proporcionalmente al número de estafas que habían cometido.
2.200 años (1994). Oklahoma. EE.UU. Darron Benalford Anderson se declaró culpable de varios crímenes, entre ellos violación, secuestro y robo a gran escala. Sin embargo, decidió apelar y esto solamente hizo que le dieran más años de cárcel, específicamente 4.000 por violación y sodomía, 1.750 por secuestro, mil por asaltos, y 500 por robos de grandes cuantías.
845 años (2000). Nueva York, EE.UU. Shalom Weiss estuvo involucrado en el saqueo de la aseguradora neoyorquina National Heritage. Este se considera el mayor robo de este tipo registrado hasta el momento y la mayor condena a un "ladrón de cuello blanco". Su delito privó a cientos de personas de los ahorros de sus vidas.
822 años (2008). Honduras. Juan Carlos Miralda y Darwin Alexis Ramírez, dos pandilleros fueron condenados por la masacre de 27 personas, entre estas diez mujeres, ocurrida el 23 de diciembre de 2004 en Chamelecón, un barrio de la ciudad San Pedro Sula de ese país.
330 años (2001). Florida, E.E.UU. Daniel Kevin Schmidt, al habérsele encontrado culpable de fraude y lavado de dinero.
265 años (1996). Georgia, EE.UU. Ryan Brandt y Jeffrey Kollie, -de 28 y 25 años de edad respectivamente- fueron condenados a siete cadenas perpetuas por varios asaltos a mano armada. Si hubiesen pedido una disculpa por escrito, sus condenas se habrían rebajado a 40 años, pero ninguno quiso hacerlo.
160 años (2008) Pensilvania. EE.UU. Keith Owood fue declarado culpable del asesinato y la violación de cinco mujeres en Pittsburg entre 2000 y 2001. A pesar de que se encontró su ADN en todas las escenas de los crímenes, él se declaró inocente.