Irán eleva el tono de su desafío nuclear
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, anunció que Irán empezaría a enriquecer uranio a un 20 por ciento.
En una jugada agresiva, de esas que sólo saben hacer con arte los grandes jugadores de ajedrez, el presidente Mahmud Ahmadineyad puso a temblar una vez más a la comunidad internacional con el sorpresivo anuncio de que Irán empezaría a enriquecer uranio a un 20 por ciento y que construiría diez nuevas plantas para su enriquecimiento a partir del nuevo año iraní, que comienza el 21 de marzo.
Y como era de esperarse, las sus palabras cayeron como un puñetazo en el estómago de los cancilleres y secretarios de defensa de países como Francia, Estados Unidos y Alemania, que ayer pidieron casi a gritos que se apliquen nuevas sanciones contra la República Islámica.
"Lo único que podemos hacer es aplicar nuevas sanciones debido a que las negociaciones no han sido posibles", dijo el Ministro de exteriores francés Bernard Kouchner. Al fin y al cabo, este anuncio confirmaba aún más las sospechas de Occidente de que Irán busca sacar adelante un programa nuclear con fines armamentísticos, que los iraníes aseguran que es con fines pacíficos.
"Irán lo ha rechazado todo", dijo a su vez el secretario de defensa estadounidense Robert Gates que se encontraba en París reunido con su homologo francés Hervé Morin, que a su tiempo expresó que toda la comunidad internacional ha intentado establecer condiciones de diálogo durante meses con el régimen iraní, pero "no se ha conseguido nada".
Irán había aceptado en octubre pasado una propuesta hecha por el grupo de países 5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) de que enviaría al extranjero, y durante un año, dos partes de su uranio para que fuera enriquecido al 20 por ciento y luego fuera devuelto al país. Esta propuesta, en un principio fue vista como una victoria iraní que veía como su programa nuclear era reconocido por un Occidente que siempre ha reclamado la ilegalidad del programa. (Hasta el momento irán enriquece uranio hasta un 5 por ciento, pero el avance 20 por ciento incentiva la duda de que, si se lo propone, podrá alcanzar fácilmente la cifra de 90 por ciento que necesita para producir armas nucleares).
Este acuerdo, sin embargo, murió días después debido a al rechazo que recibió por parte de un gran sector de los políticos ultraconservadores iraníes que hicieron que el gobierno del presidente Ahmadineyad se echara para atrás. Desde entonces se ha dado un tira y afloje entre la comunidad internacional e Irán que ha llevado a ambas partes a acusarse mutuamente de no tener voluntad para cumplir el acuerdo.
"Les dimos a las potencias de dos a tres meses para ese acuerdo. Empezaron un nuevo juego y ahora le pido al doctor (Ali Akbar) Salehí (director de la organización de energía atómica iraní) que se ponga a trabajar en la producción de combustible al 20 por ciento con las centrifugadoras", dijo el domingo Ahmadineyad, quien posiblemente haya hecho estas declaraciones en este momento para tratar de desviar la atención internacional de los problemas internos del país. Especialmente esta semana cuando se celebrará el trigésimo primer aniversario de la Revolución Islámica y las fuerzas de seguridad del estado tratarán de cualquier forma de evitar las manifestaciones de protesta contra el Régimen que se preparan desde hace meses.
En un principio, según explicó Salehi, Irán comenzaría a enriquecer desde mañana una pequeña producción de uranio destinada a nutrir uno de los reactores que necesita para sus investigaciones. El anuncio fue hecho ayer mismo por el embajador iraní en Viena que notificó a la Organización de Energía Atómica en Viena que enviara los observadores que pudieran certificar el comienzo de dicho proceso. Irán ha asegurado desde un comienzo que el uranio que necesita es para ser utilizado para sus investigaciones médicas. De hecho, Salehi dijo a la prensa iraní ayer que "ellos no podían dejar esperando a los hospitales y a los pacientes por radio isótopos".
Las plantas de enriquecimiento, por su parte, tendrán un proceso de construcción más demorado. Aunque Salehi anunció que estarán listas en el 2011, esta es una afirmación incierta debido a que necesitan un alto desarrollo tecnológico.
Salehí advirtió también, en un intento por matizar las relaciones con Occidente, que esta producción se suspendería en el mismo momento que se llegara a un acuerdo para recibir el uranio enriquecido. Este matiz, sin embargo, no logró acallar las voces de alarma que llegaron desde los países occidentales. "Tenemos que encontrar una forma pacífica de resolver esta cuestión por lo que es necesario que toda la comunidad internacional presione unida a Teherán", señaló Gates.
Con excepción de Rusia y China, los demás países del Consejo de Seguridad de la ONU (que o incluye a Alemania) se han mostrado de acuerdo en reforzar las sanciones ya existentes a la República Islámica.
Sin embargo uno de los países reticentes, Rusia, dio ayer un paso importante al decir que estaría de acuerdo en estudiar posibles sanciones. Con estas declaraciones sólo quedaría a China por convencer, lo que hasta ahora parece complicado hasta el punto de que la canciller alemana Angela Merkel ha llamado a estudiar la posibilidad de aplicar las sanciones por fuera del Consejo de Seguridad.
Y es que el anuncio de Irán llega en un momento cada vez más complicado debido a que también anunció que busca construir una defensa antiárea con la misma capacidad del modelo ruso s-300. A eso se suman la cantidad de misiles y cohetes que ha ensayado en los últimos meses.