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Denunciante Ultra
 |  Palmilcultores desalojan a balazos a trabajadores de Palo Alto
Calificación: de
5,00
 | Por: Rebeca Buendía - 20 de enero de 2010
Palo Alto es una finca ubicada en San Juan de Palos Prieto, municipio de Pueblo Viejo (Magdalena); es propiedad de la empresa Inversiones Palo Alto Gnecco Espinosa y Cía., y herencia de Jorge Gnecco Cerchar, cuyos posibles nexos con el narcotráfico enunciaría en su momento el extraditado líder paramilitar alias 'Jorge 40'. La finca se encuentra ubicada en una zona de tradición bananera, pero fue inundada de cultivos de palma africana, y es gerenciada por Ramón Tovar.
Los propietarios de estas tierras y los gerentes que han administrado la empresa durante los último siete años han dejado de pagar a los trabajadores en varias ocasiones, no les han garantizado los derechos mínimos a la seguridad social y desde noviembre no les pagan sus salarios. Por estas razones, el día 23 de diciembre de 2009, 185 trabajadores decidieron realizar una serie de protestas contra la empresa y, a principios de este año, se afiliaron al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro).
La respuesta fue el despido, pero los trabajadores se concentraron en Palo Alto. Para romper la concentración realizada por los trabajadores, el pasado 14 de enero según hacen constar los afectados en su denuncia ante la OIT, doce hombres fuertemente armados irrumpieron en la finca, y con lista en mano y nombres propios, dispararon a los trabajadores que allí se encontraban concentrados. No hubo muertos, pero uno de ellos resultó herido y la amenaza a sus vidas les obligó a salir huyendo de su antiguo lugar de trabajo.
La intimidación e intento de asesinato ha sido denunciado por Sintrainagro, organización que recuerda en su comunicado a La Masacre de las Bananeras, al comparar que, de igual manera, se siguen violando los derechos fundamentales de los trabajadores de la zona. Los trabajadores que deciden organizarse para exigir su derecho a un trabajo digno son amenazados, heridos o muertos, y miles de obreros no reciben salario, prestaciones sociales, subsidio familiar ni servicios funerarios por parte de la empresa de la familia Gnecco.
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