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Antiguo 03-02-2010 , 16:21:08   #2
BAJISTA
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Predeterminado Respuesta: 10 verdes verdades


El fuego controlado tiene su lado bueno

El 21% de los bosques necesitan arder para regenerarse


Pinos, secuoyas y robles se sirven del fuego para
Sigo en el tren. Y al paisaje de vacas le sigue un bosque de pinos que parece centenario. Está protegido y nadie lo ha tocado desde, supongo, su nacimiento. Es bello, mucho, pero tanto como una tea a punto de arder. Lo cual puede que no sea tan malo. Y no lo digo yo. Lo asegura José Antonio Vega, director de un grupo del Centro de Investigación Medioambiental en Pontevedra: “Hay millones de hectáreas en todo el mundo que sobreviven gracias a su adaptación al fuego. La percepción del fuego está cambiando mucho. Tan malo es no quemar nunca, como hacerlo con una frecuencia excesiva impidiendo que la planta madure sexualmente. Entre los ecologistas hay una visión muy intocable de los ecosistemas, que no se corresponde con la realidad. Lo que se preconiza es la no intervención absoluta y eso en algunos ecosistemas no ayuda a su conservación. No intervenir puede causar un incendio más peligroso.” Otro especialista en gestión del fuego tiene una opinión similar a la de Vega. Armando Gonzalez Caban, que pertenece al Laboratorio de Investigación de Fuegos Forestales del suroeste del Pacífico, en California. Caban sostiene que “hay varios ecosistemas que dependen del fuego para subsistir y que se han desarrollado con él. En el sur de España, por ejemplo, sucede esto. Y dichos ecosistemas existen en todo el mundo, en California, en África, en Europa. La realidad es que a menudo un incendio pequeño puede quemar todo el matorral y renovar un bosque entero. El sistema del chaparral, típico del sur de Estados Unidos, se puede incendiar hoy y en dos o tres meses se ha regenerado por completo. Necesita el fuego.”
Desde hace poco los científicos están cambiando nuestra visión del fuego. Aunque no tanto como para abrazarlo.







El aire acondicionado no es tan malo como la calefacción

1ºC menos en la calefacción es igual al CO2 de un coche que recorra África 28 veces.


La solución para no contaminar es muy simple: hay que dormir en la calle.

Del tren paso al metro. Observo que aún no hay árboles pese a las promesas electorales. Va-mos apretados como sardinas en lata y en celo. El calor es agobiante, claro; el aire acondicionado brilla por su ausencia. Recuerdo entonces la medida tomada por el grupo Acciona. Esta empresa española ha decidido disminuir entre 1ºC y 2ºC la temperatura de climatización de sus oficinas en época estival con el objetivo de reducir el consumo estacional de energía. Este ahorro equivale a las emisiones de CO2 de un coche que recorriera África de Norte a Sur 20 veces. Cada grado reduce un 5% el gasto energético. ¡Bravo!... Pero ¿qué ocurre en invierno? Enfriar una habitación siempre es más eficiente que subir la temperatura, pues se requiere mucha menos energía para ello. De hecho, según datos del IDAE, casi un 50% menos: por cada grado que se reduce en la calefacción el ahorro es del 7%. En este sentido las cifras son tan altas que de acuerdo con datos del satélite ambiental Envisat de la Agencia Espacial Europea la mitad de las emisiones de CO2 en Europa son producidas por los sistemas de calefacción que utilizan fuentes de energía (gas, carbón y electricidad) más contaminantes que el aire acondicionado (solo electricidad).






El Amazonas nunca fue el pulmón del planeta

Los mares de la Tierra absorben el 50% del CO2


Es cierto que el Amazonas concentra el 30% de la biodiversidad del Planeta y que regula el clima. Pero no es su pulmón. Esto es una función de los océanos y en particular de unos organismos mínimos: el fitoplancton. Estos bosques marinos generan, entre otras, moléculas de monóxido de iodo y bromino que se unen al ozono (tres atomos de oxígeno, O3) y le roban uno, dejando sólo en O2: oxígeno. Gracias a esto, los océanos son responsables de la generación de cerca del 50% de nuestro oxígeno, al tiempo que restauran la capa de ozono. Por si esto fuera poco, un reciente estudio del Woods Hole Research Center de Massachusets, revela que, en el Amazonas, el cambio de selva a pastos reduce en un 10% las emisiones de N2O, un poderoso gas de efecto invernadero que genera la misma selva, necesaria para el ecosistema, pero que no es la única salvadora.El Amazonas nunca fue el pulmón del planeta.






China no es la culpable del cambio climático, sino la solución


Aunque podría ocurrir (que todos los chinos salten a la vez y el cambio climático se diluya) aún no ha sucedido. El gigante asiático es líder respecto a emisión de CO2, principalmente debido a que consume los dos tercios de todo el carbón del mundo. Pero pensar que China es la despreocupada nación que más está alterando el planeta, es pretender desembarazarse de una patata caliente. En el mercado mundial de la energía solar, España consume un 23% de los insumos y Alemania un 43%. Y ¿quién es el mayor productor de células fotovoltaicas? Pues sí, China, que produce el 35% del total. Pero eso no es todo. Steve Sawyer, director del Consejo Mundial de Energía Eólica asegura que, para el 2010, China producirá suficientes molinos como para generar 10 gigawatios de energía: la mitad de la capacidad que tenía nuestro planeta entero el año pasado. Conforme con que son uno de los grandes generadores de contaminación, pero en breve, en casi todas las energías alternativas, veremos la etiqueta: Made in China.






La comida orgánica y la dieta vegetariana no son tan buenas como piensas

16% más de metano genera una vaca “orgánica” que una normal


Entro en un restaurante que se anuncia como vegetariano. La sugerencia del chef es la ensalada de verduras de la huerta traídas desde Murcia. Y aquí comienza mi lucha interna. Yo les juro que quiero ser verde, pero es que no hay caso, no me dejan. Es verdad que los alimentos orgánicos no utilizan pesticidas ni hormonas. Pero esas medidas tienen un coste. Una vaca orgánica produce un 8% menos de leche que sus amigas hormonadas, así que son necesarias 25 vacas “verdes” para dar tanta leche como 23 de sus congéneres “industriales”. Lo cual si las cuentas no fallan serían 300 kg más de metano en la atmósfera por año (ver mito número 2). Pues sí, las cuentas fallan. Porque una vaca ecológica al alimentarse de productos verdes emite un 16% más de metano. Así, la leche orgánica no solo precisa más vacas (igual a más metano), sino que cada una de esas vacas emite también más gases nocivos. ¿Y su carne? Pues tres cuartos de lo mismo. Primero, las reses que han sido cebadas hasta llegar al cielo de la carne orgánica, necesitan más tiempo para el engorde y eso significa más tiempo de polución. Y su alimentación, de acuerdo con la Organización de la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas, les lleva a producir casi el doble de metano que un ganado menos verde. Por suerte los vegetales no generan nada de este pernicioso gas. No, pero sí producen CO2. Indirectamente,es verdad, pero lo hacen. Primero los fertilizantes orgánicos generan cosechas de menor rendimiento, de modo que es necesaria más tierra. Y como son muy pocos los productores orgánicos y muchos los consumidores, los bienes tienen que viajar largas distancias en camiones con cámaras frigoríficas que emiten más CO2 por una fruta que quizás se encuentra en el mercado local y, aunque no tenga la etiqueta de orgánica, puede que sea más verde que su prima.






Las ciudades son más verdes que el campo

En las urbes se consume menos del 12% del agua de España.


Gracias a los edificios inteligentes, las ciudades podrían ser los próximos espacios verdes.
Después de un día de trabajo debería volver a mi hogar, en el campo. Pero la realidad es que a menudo mudarse a las afueras no significa ser ecológico. De hecho el campo consume en España el 75% de los recursos del agua y los hogares sólo el 15% (el resto se lo lleva la industria). Pero no solo en consumo de agua gana la ciudad. En toda España el uso del metro ha subido entre abril del 2007 y el mismo mes de este año, un 17%, mientras que el uso de trenes solo aumentó un 5%. Cada vez más, los urbanitas utilizan medios de transporte no contaminantes y hasta hay iniciativas para que el transporte urbano sea más ecológico a través de las bicicletas. Barcelona ha instalado un sistema de alquiler de estos vehículos que permiten retirar una bici en un parking y devolverla al finalizar el día, en otra parte de la ciudad. A esto se le une que en las ciudades cada vez hay más edificios ecológicamente eficientes que gestionan su propio tratamiento de aguas, climatización y energía. Mitos ecológicos hay muchos, quizás porque, como dice Al Gore, hay verdades incómodas. Y mentiras cómodas.

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