En una función de cómicos, era el turno del ventrílocuo, y dice un chiste de pastusos, pero de repente se escucha a un señor que se para muy enojado y dice:
- Oiga, respete ¿Yo soy pastuso!
Y el ventrílocuo contesta:
-Discúlpeme señor, no lo sabia
-No se meta que no le hablo a usted, ¡¡le hablo al niñito que tiene sentado en sus piernas!!