Este es uno de los tipos de circuncisión femenina (también se le llama ablación), práctica originaria de África y que mutila aproximadamente a 2 millones de mujeres cada año, consiste en cercenar los labios menores y el prepucio del clítoris.
En la mayoría de los países islámicos del Mediterráneo Oriental, la práctica ha caído en desuso desde hace mucho tiempo, lo que basta ya para indicar que su supuesta significación religiosa no tiene gran fundamento, y para conseguir el mismo resultado en otros lugares se está tratando de evitar que se califique de tradición religiosa ("sunna") o que se le asocie de cualquier otra manera a un acto de fe. Muchos teólogos han rechazado reiteradamente esta interpretación, pero muchos siguen creyendo que la circuncisión femenina es una especie de obligación religiosa.
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