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Antiguo 18-01-2010 , 15:41:47   #3
gatillazo
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Predeterminado Respuesta: El cronovisor ¿Fraude o realidad silenciada?

¿«Ver» los milagros de Jesús?

Tres meses después de la publicación de la noticia en Domenica del Corriere, Ernetti quedó desacreditado cuando se descubrió que una imagen del rostro de Jesús que, según él, demostraba la viabilidad de su «cronovisor», no era más que la fotografía de un crucifijo venerado en el santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza, en Perugia.

Pasaron años sin que Ernetti compareciera ante los medios de comunicación. Lo más obvio es pensar que estaba avergonzado; sin embargo, no todo resulta tan claro. Cuesta creer que un hombre de su elevada talla intelectual y moral se involucrara en un fraude tan burdo. A nadie le extrañaría que, de existir el ingenio capaz de recuperar el pasado, hubiera sido interceptado y vetada su difusión por las autoridades civiles o religiosas, temerosas de las consecuencias derivadas de su uso, ya que con él se podrían conocer los secretos de grandes personajes y se resolverían muchas incógnitas históricas. Como afirmaron algunos, «sería posible, por ejemplo, contemplar los milagros de Jesús». Pero ¿y si se descubriera, por ejemplo, que tales prodigios no sucedieron tal como nos han contado sino que fueron inventados por sus discípulos? Entonces se produciría una crisis religiosa sin precedentes.

Ernetti declaró que la Iglesia le puso una mordaza que no le permitía hablar. Desprestigiar su trabajo resultaba fácil para la jerarquía eclesiástica. Así se garantizaba la burla de la opinión pública y se aseguraba el dominio omnipotente del Vaticano sobre el invento, Pero aún hay más. En 1965, el diario Il Giorno difundió que los servicios secretos del Vaticano, en colaboración con los del contraespionaje italiano, detuvieron a un ingeniero llamado Antonio Beretta, bajo la sospecha de que trabajaba para el KGB. Lo cierto es que el arrestado era un experto en la teoría de la Relatividad y que durante 8 años trabajó al servicio del Padre Ernetti. La única información que pudo haber vendido a los soviéticos habría sido la relacionada con las actividades desarrolladas en el laboratorio de Ernetti, en San Giorgio Maggiore.

Durante un congreso internacional, un funcionario del ministerio del Interior soviético, Sergei Antonov, confió a un delegado occidental que «los propios trabajos de nuestros físicos nos inducen a pensar que el equipo de San Giorgio ha debido realizar ya la grabación en magnetófono de la explosión de Sodoma y Gomorra, así como la inscripción de las Tablas de la Ley en el Sinaí». Y en un artículo publicado por el diario ruso Pravda, se leía: «Las investigaciones sobre la reconstrucción del pasado efectuadas en Italia bajo el control del Vaticano y del ministerio del Interior están mucho más avanzadas de lo que se ha pretendido. Es un trabajo fuertemente vigilado por los servicios secretos del Vaticano».

Por su parte, AÑO / CERO ha descubierto que Ernetti, estando muy enfermo y sabiendo que le quedaba poco tiempo de vida, envió una carta a Luigi Borello, su principal crítico. La misiva es una especie de testamento donde afirma que «la existencia del artefacto es una sacrosanta verdad; que se hayan captado tantas cosas del pasado es también verdad; que entre estas cosas estuviera la imagen de Jesús es verdad; y que las autoridades supremas han prohibido el uso del ingenio, es otra verdad». «Nuestro Cristo fue captado en 1953, mientras que el de Collevalenza fue realizado 6 años más tarde». Podemos pensar que era la palabra de un moribundo, la confesión de un religioso a otro, sin embargo demostraremos incoherencias difícilmente refutables. La fundadora del Santuario de Collevalenza resultó ser una mística estigmatizada. La obra obedecía a sus visiones, lo cual podía confirmar la validez de la evidencia presentada por Ernetti. De no ser porque el crucifijo, en realidad, data de 1930. Por cierto, ¿cómo es posible que la instantánea de Jesús sea de 1953, si el propio monje declaró que fue en 1963 cuando reunió al equipo que iba a ayudarle a construir la máquina? Pero, ¿por qué la Iglesia y los servicios secretos italianos se involucraron en algo que no era más que un delirio? Aún más importante, ¿por qué, en 1988, el Vaticano emitió un decreto según el cual serán excomulgados todos aquellos que capten o divulguen «con cualquier instrumento técnico acontecimientos pasados … »?


Borello dudó de Ernetti, pero aún sostiene que la materia recoge lo acaecido y es posible recuperarlo con la tecnología adecuada: «Actualmente coordino dos equipos que trabajan en el desarrollo del cronovisor, uno en la facultad de ingeniería de Tor Vergata, en Roma, y otro en un laboratorio de Treviso. Usamos una sonda bidireccional conectada a complejos amplificadores con los que se estimula un bloque de materia del que emana una energía. Esta experimentación es muy precisa, pero aún no podemos preguntarle a un objeto qué ha visto o ha escuchados. «No obstante -concluye-, no puedo ser más concreto. El trabajo que efectuamos en Roma y Treviso es top secret».

Artículo de Helena R. Olmo. (Publicado en Año Cero, nº 126)

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mejor tres años de aventura que treinta años cavando mi sepultura
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