La Comisión Nacional de Televisión decidió cancelar el proceso licitatorio que se venía adelantando para escoger a un nuevo concesionario de televisión abierta nacional. Lo anterior tras el retiro de uno de los interesados y serios cuestionamientos de otro lo cual generó una solicitud oficial de la Procuraduría a la CNTV de suspender el proceso. Aunque la CNTV dice no compartir las consideraciones de la Procuraduría, acogió su propuesta teniendo en cuenta que la continuidad del proceso podría generar procsos disciplinarios en contra de los comisionados.
No es facil entender como si el comunicado de la Comisión contesta punto por punto las preocupaciones de la Procuraduría al final termina accediendo a la solicitud del organismo de control diciendo: “consecuente con la solicitud de la Procuraduría procedió a revocar el acto de apertura y abrirá nuevamente el proceso”. Surtieron efecto los cuestionamientos de Nestor Humberto Martinez en sus apariciones frecuentes disfrazado de ciudadadano preocupado en los noticieros de sus clientes; la caida del proceso significa cientos de millones adicionales para las arcas de RCN y Caracol TV cada mes que Colombia no tiene tercer canal. En 45 dias la CNTV publicaría un nuevo pliego de condiciones para que los interesados en el tercer canal presenten sus propuestas.
Asi, queda demostrado que las preocupaciones que han manifestado por lo menos dos de los tres proponentes son legítimas, con los costos que implica la participación en un proceso fallido. Lo positivo de todo esto es que el tema del tercer canal estará en manos del próximo gobierno y (probablemente) no de Álvaro Uribe. El próximo Gobierno, de hecho, debe volver a evaluar la continuidad de la CNTV. Sin embargo queda la pregunta: ¿cuánto le está costando a Colombia la incompetencia de la CNTV en ingresos no percibidos, en imagen, en desgaste?