Lo sé;
Soy consciente del desastre, no lo lamento.
Y no tanto por mí.
Mostrando falsamente (o tal vez no) la amabilidad
Y soportarla hasta el punto de volverlo cotidiano,
El juego de no acabar
Sé fingir, he adquirido experiencia
Ahora riendo en la habitación, pregunto
Hey amigo hongo ¿qué tal te va por allá?
¿La compañía es fiel verdad?
Se acaba el encanto de las cosas de este mundo
Pienso que con las cosas que no lo son suceda de la misma forma
Y en este sentido es improbable la existencia de un método para deshacer lo labrado
(O por lo menos un método que yo pueda conocer)
¿Qué más da?
Dormida por siglos el alma ha estado,
Adicta al dulce infierno que ha decidido aceptar
Y no se vislumbra un futuro contrario
Espera, me dijiste.
La espera se ha hecho larga desde ese día
Calma, en mi tesoro de falsedades estás
El momento en que nos perdimos marcó el camino,
Ese camino que tal vez nunca existió.
Calma, insisto, no soy algo que requiera preocupación