Nos gastamos varios miles de millones en mensajes para felicitar el fin de año y a estas alturas, podemos certificar que muchos no llegan, por no decir la mayoría, o llegan con un retraso de considerable importancia. Es después de tragar la última uva, alrededor de las doce y un minuto, cuando muchos se acuerdan de sus amigos, familiares y conocidos con la intención de felicitarles el año nuevo con devoción. Justo entonces varios miles de personas piensan lo mismo y ejecutan la orden “enviar” hasta saturar el sistema por completo.
Pasó lo mismo en 2008 y en 2009, por lo que este año muchos de los
mensajes que se envían a partir de las doce no llegarán a su destinatario, o llegarán al cabo de ocho horas. Cuando la
celebración del nuevo año se haya finiquitado,
muchos recibirán un mensaje con la siguiente cabecera: “Su operador le informa que este
mensaje fue enviado a las 0:03 horas del día 01/01/10. Por sobrecarga en la red
no ha sido posible enviarlo hasta ahora“. Y aunque las operadoras han
reforzado considerablemente su infraestructura durante estas fechas, parece imposible soportar la
contundente carga de comunicaciones que la gente envía de un lado para otro. Según una
encuesta realizada recientemente por la operadora Yoigo, un
47% de los españoles afirma que felicita las Navidades a través de SMS. Lo cierto es que este año se han superado todas las expectativas
al haber enviado los españoles,
más de 40 millones de mensajes. Y aunque son más baratos que una llamada, a veces conviene hacer excepciones. De hecho, la recomendación más extendida es
escalonar este tipo de llamadas o mensajes y
no enviarlos en la hora punta. Aunque parece de sentido común, la costumbre
sigue siendo la misma para los que se dejan llevar por la emoción del momento. Será siempre más práctico
esperar o adelantarse a los acontecimientos.