Regresa un pastuso de un viaje a Las Vegas y sus amigos le preguntan como le fue.
-"Bien", contesta, "hay unas máquinas tragamonedas sensacionales. Le eché una moneda y gané. Le eché otra y volví a ganar. Le eché otra y, de nuevo, volvía a ganar, y así, todas las veces. Finalmente tuve que desistir pues ya no sabia que hacer con tantas Coca Colas."