He aquí un tipo de modificación corporal que, por lo menos a mí, no me resulta nada atractiva, y tengo la impresión de que puede resultar peligrosa, si los tejidos se infectan por el uso de jeringas no esterilizadas o por simple mala suerte.
Esto se está poniendo de moda en Japón, y se lleva a cabo mediante la inyección de solución salina (Agua con Cloruro de Sodio) por vía subcutánea. La infiltración del líquido se hace lentamente, hasta que la protuberancia adquiere las proporciones deseadas y, una vez hecho esto, se retiran las agujas y se le “moldea”. Lo más común es que el cliente desee una depresión en el centro, como si fuese una dona .
Lo único “bueno” de esto es que la deformación no es permanente, ya que los tejidos absorben la solución salina y (con suerte) el aspecto vuelve a ser el mismo de antes.
Como puede verse en las fotografías, algunos eligen que las inyecciones se las hagan en los brazos, dándoles un aspecto de “Popeye” bastante cómico.