Middleton es una pequeña localidad ubicada en Tennessee (Estados Unidos), que en los últimos días de febrero de 1952 se vio convulsionada por un asalto organizado por el delincuente Henry Bondurant. Pistola en mano, redujo a un cajero de un balazo y a cuanto rival se le cruce en el camino y saqueó la caja fuerte llevándose más de 18 mil dólares.

Bondurant salió del banco con el motín pero el disparo alertó a todo el pueblo y la policía, que fue tras él. Uno de ellos disparó al auto donde el malhechor se disponía a fugar y éste se vio obligado a correr. Rápidamente fue alcanzado por un disparo y detenido, y todo el dinero se regó por la calzada.



Este suceso no hubiera pasado de ser más que un caso policial cualquiera, si no fuera por lo ocurrido después. El vecindario se puso a recoger el dinero para devolverlo al banco: muchas personas tenían puestos sus ahorros ahí. Pero lo increíble fue, que al hacer el conteo de lo recuperado, el monto final era superior al que había antes del atraco en 80 centavos.

Fue la primera vez en la historia que un banco obtuvo ganancias luego de un asalto.