La posibilidad de que el presidente Álvaro Uribe aspire a una segunda reelección se hace cada vez más latente, y tal posible evento tiene dividida a la opinión pública en general. La polarización se hace más notoria con el tema, y la indecisión aún más.
La falta de garantías a los candidatos hace sentir más esa indecisión, porque de seguro, un posible lanzamiento de Uribe como candidato dejará sin posibilidades a ningún otro contendiente. No nos digamos mentiras, así muchos crean que las cifras de apoyo a Uribe son ridículamente exageradas, es verdad, Uribe goza de un apoyo numeroso dentro de la clase dirigente y los ciudadanos del común. Pero ha sido el mismo Uribe el que tiene una indecisión incómoda, esa llamada "encrucijada en el alma", ese aparente temor a que sus políticas no continúen es lo que no sólo parece tenerlo a él indeciso, sino también a la población que espera poder ejercer su derecho al voto en las elecciones de mayo.
¿Realmente no hay propuesta alguna que pueda ser una alternativa? Parece que no, de ello hablan algunas encuestas realizadas, donde siempre realizan dos: una con Uribe como candidato, y otra sin Uribe; en la primera, es una victoria rotunda de Uribe, la segunda, da la opción a un candidato, pero esta última recibe muy poca atención. El futuro de este país es incierto, ahora más que nunca.
Llegó el momento de acabar con la indecisión, el futuro de este país requiere de personas decididas.