La noche del viernes 26 de mayo de 1979, el mundo se conmovió ante la noticia de que un DC-10 de la American Airlines se había estrellado, convirtiéndose en una masa de llamas y hierros retorcidos; al despegar del aeropuerto internacional O'Hare, de Chicago. Hubo 273 muertos en el peor desastre de la aviación en Estados Unidos.
En Cincinnati (Ohio), un joven de 23 años, director de una oficina, miraba la televisión hundido en su asiento, horrorizado y sin poder dar crédito a lo que estaba viendo. Durante 10 noches consecutivas, antes del desastre, había tenido la misma horrible pesadilla. Primero oía el ruido de unos motores que fallaban, y después veía, sin poder hacer nada para evitarlo, cómo un gran avión de la American Airlines viraba bruscamente, se invertía y se estrellaba contra el suelo convertido en una masa de llamas rojas y anaranjadas. No sólo veía el impacto y escuchaba la explosión; también sentía el calor de las llamas. Cada vez despertaba aterrorizado y pasaba todo el día obsesionado por el recuerdo del espantoso sueño. Estaba seguro de que era una premonición: -Nunca dudé de que algo iba a ocurrir... -dijo consternado-.
-No era como un sueño, era como estar allí, mirando todo..., como verlo por televisión.
Tras varias noches de pesadilla, no pudo seguir callando la terrible premonición y el martes 22 de mayo de 1979 telefoneó a la Federal Aviation Authority en el aeropuerto del Gran Cincinnati. Después llamó a la American Airlines y a un psiquiatra de la Universidad de Cincinnati.
Todos le escucharon con atención y simpatía, pero eso no hizo que David se sintiera mejor. Tres días después, fuera de si a causa de la preocupación, escuchó la noticia del espantoso accidente del DC-10.
La Federal Aviation Authority se tomó la llamada de David Booth suficientemente en serio para intentar en vano; comparar los detalles de la pesadilla del joven con algún aeropuerto o avión conocido del país.
Cuando se enteraron del desastre, pudieron comprobar que los detalles se correspondían demasiado bien con los del sueño del joven.
-Fue increíble -dijo Jack Barker, funcionario de relaciones públicas de la FAA. Había diferencias, pero también muchas semejanzas. La mayor fue que nombré a la compañía aérea y al avión. .. y que "el avión" cayó invertido. Booth había mencionado un trimotor, parecido a un DC-10, y su descripción del lugar del accidente se asemejaba al aeropuerto de Chicago.
David Booth dejó de tener pesadillas en cuanto ocurrió el desastre, pero siguió sintiéndose inquieto por lo sucedido. ¿Cómo se puede entender una cosa así? preguntó...
No tiene explicación. Ni sentido. Ni conclusión. Es totalmente
incomprensible. Pero bien real!