Denunciante Constante
 |  El referendo de nunca acabar
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Durante más de un año, el país ha estado sumergido en la discusión del referendo: que los tiempos no alcanzan, que DMG transportó las firmas, que pasaron de largo con los topes, que el debate no fue reglamentario, que la voz del pueblo es la voz de Dios… Son tantas las razones que se esgrimen a favor o en contra, y tanto el tiempo que se está desperdiciando, que poco a poco la iniciativa se está convirtiendo en la mejor aliada de los candidatos “neutrales” y de oposición.
Cada día desperdiciado en el referendo son 24 horas de campaña para capturar votos indecisos o de uribistas no reeleccionistas. Sergio Fajardo avanza tranquilo en la conformación de sus listas al Congreso y en la difusión de los mensajes más importantes de su programa de gobierno. Rafael Pardo no se queda atrás, aunque de él no se han escuchado propuestas sino lamentos y diatribas que se insinúan como cortinas de humo para ocultar la ausencia de planteamientos que se sintonicen con el electorado. A su turno, Gustavo Petro lanza de vez en cuando alguna propuesta, aunque parece que su prioridad inmediata es conjurar los graves problemas divisionistas en el Polo.
Otro que avanza raudo es Germán Vargas Lleras, el más uribista de los antiuribistas, y eso ya lo han comenzado a notar los electores. Aunque por lo pronto esto no se refleja en las encuestas, poco a poco puede progresar en la consolidación de su posición como un jugador importante en la primera vuelta de 2010.
Sin embargo, Vargas Lleras tendrá que ajustar su maquinaria y ubicar a sus gregarios en una posición adecuada para capturar los votos del uribismo no reeleccionista: si Rodrigo Lara sigue de pueblo en pueblo asegurando que “le encantaría que la izquierda llegara a la presidencia”, sencillamente le está moviendo las bases electorales a su patrón, pues la izquierda ya tiene candidato y aquel que ha decidido votar por Petro no va a cambiar su intención de voto a favor de Vargas Lleras: a lo sumo, y con dificultad, podría deslizarse a las toldas de Pardo Rueda, por lo cual, tratar de capturar los votos de la izquierda a favor de Vargas Lleras es una postura sospechosa e hipócrita.
Estos candidatos siguen con sus campañas, salen a la plaza pública, debaten y exponen algunas generalidades de sus programas; obteniendo una ventaja significativa otorgada por el referendo que tiene frenados y amordazados a los posibles aspirantes uribistas.
¿Fuego amigo?
¿Qué pasa con Arias, Santos, Noemí Sanín y demás uribistas? A Andrés Felipe Arias le propinaron una demoledora paliza con Agro Ingreso Seguro y en la retina del elector quedó etiquetado como un corrupto que les dio plata a los ricos. Esto ocurrió con la anuencia del gobierno que prácticamente abandonó al ministro de Agricultura y hasta le detonó algunos petardos, como ocurrió con la orden presidencial de no entregar más subsidios para los más ricos: el uribismo reeleccionista sabe que si cae Andrés Fernández se golpea a Andrés Felipe Arias y el resultado sería uno menos en las preferencias electorales de los uribistas.
Eso de increpar al ministro para que se defienda mientras se hacen anuncios en contra del programa, son las típicas argucias de una campaña electoral en la que Uribe juega como candidato y como máximo representante del poder ejecutivo, teniendo la capacidad de quemar candidatos como si fueran fusibles.
A su turno, Juan Manuel Santos podría recibir una dosis parecida con el caso Arango Bacci, pues en esa persecución inclemente a la que sometieron al militar, suenan rumores sobre la participación decidida del ex ministro, quien en su momento lo calificó como una manzana podrida. No faltará quien, desde la prensa o desde el propio uribismo, intente triturar a Santos con este asunto, cuyos detalles podrían ser sórdidos y convertirse en una novela de amores, faldas, rencores juveniles y poder.
En cuanto a Noemí Sanín, es la candidata uribista más desubicada y solo obtiene prensa para defenderse de los ataques que lanzan sus adversarios. De ella poco se sabe y el uribismo recalcitrante quiere venderla como una persona desleal, lo que no les cuesta mucho si se tiene en cuenta lo que hizo durante el gobierno Samper.
Lo que se está viendo en las toldas uribistas es la antropofagia para desaparecer o deslegitimar a aquellos que podrían ocupar el lugar de Uribe, con el propósito de dejar al Presidente como la única opción a este lado del espectro político.
Si lo del referendo es una apuesta complicada, el eliminar adversarios con fuego amigo es un suicidio que puede sepultar una corriente política que se abría paso en Colombia. La miopía es de unas dimensiones tan monumentales que si el referendo lograra superar todos los obstáculos y Uribe siguiera en la Presidencia, en 2013 estaríamos ante la culminación de 12 años de gobierno y sin líderes uribistas para el relevo, pues el mismo uribismo, por acción u omisión, los habrá dejado por fuera de cualquier posibilidad. ¿Será que si el apellido del presidente, en 2013, es Uribe, estaremos en el debate de otro mecanismo para la tercera reelección?
AL CIERRE: La revisión técnico-mecánica, los medidores de velocidad y ahora el RUNT… ¡Qué incompetencia la del ministro de Transporte! En este momento están represados los trámites de más de 15 mil vehículos y Andrés Uriel Gallego sigue tranquilo, hablando de vagabunderías, cuando hay miles de personas perjudicadas por lo del RUNT: los conductores de servicio público no pueden renovar sus licencias, los que venden sus carritos viejos no pueden culminar el trámite, los concesionarios están parados y por cuenta de una medida improvisada, los empleos directos de más de 30 mil colombianos se ven amenazados por la parálisis en los trámites. Ciertamente a Andrés Uriel le puede quedar muy bien rezar rosarios y asistir a misa diaria, pero ha demostrado una incompetencia monumental al mando de la cartera de Transporte: ¡Improvisad, Improvisad, que algo queda!
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