El ex técnico Luis Fernando Montoya, cuadrapléjico desde hace un lustro, ha logrado importantes avances en su recuperación y respira sin asistencia mecánica desde hace unos días. Montoya, de 48 años de edad, también mueve un poco los hombros, algunos dedos de las manos y en ocasiones tiene sensibilidad en el empeine. El estratega colombiano recibió un disparo en el cuello el 22 de diciembre del 2004 durante un asalto en su casa campestre en la población de Caldas, en las afueras de Medellín. Montoya había cobrado notoriedad meses antes cuando llevó al modesto Once Caldas de Manizales a la victoria en la final de la Copa Libertadores de América ante el todopoderoso Boca Juniors de Argentina, el de Carlos Bianchi. La meta de tratar de respirar sin asistencia se la había prometido a su hijo José Fernando de siete años y la logró. Montoya comenzó con una hora diaria y paulatinamente aumentó hasta llegar a 24. El proceso lo ha controlado su médico Diego Lalinde. Las visitas las recibe ya sin ******os, sentado en un sofá y su tema preferido es su pasión, el fútbol. "Ahora tengo una autonomía que antes no poseía", declaró a los periodistas. El ex futbolista y técnico Hernán Darío Herrera le propuso esta semana ser su asistente cuando se vincule con algún equipo. "Quién no le va consultar a una persona que fue ganadora en el campo deportivo y ahora también es ganadora; sus atributos los deseo aprovechar", manifestó Herrera al Caracol Televisión. Montoya mantiene algunas actividades, ocasionalmente hace algunos comentarios y escribe una columna semanal para el matutino El Espectador de Bogotá. "Aun no estoy para ser asistente pero puedo brindar consejos, sugerir alineaciones", concluyó. Montoya vive con su esposa Adriana y su hijo José Fernando.