Denunciante Avanzado
| Respuesta: La batalla de la luz y las sombras LA CURIOSIDAD Para tiempos de crisis como los que corren, nada mejor que pedir la ayuda de Yelahiah, un ángel perteneciente a la categoría de los principados. Tiene la habilidad especial de hacer que los negocios prosperen, se cobren las deudas cuando ya se creía imposible, se produzca un aumento de sueldo en el momento propicio y surja un trabajo adecuado para pagar el plazo de la hipoteca. Además, Yelahiah es generoso con sus dones. Le gustan los colores rojo y naranja y su piedra es el rubí. QUERUBINES Y SERAFINES
Parecidos, pero no iguales Serafines y querubines constituyen las dos jerarquías angélicas más próximas al Señor. El nombre de los primeros significa “los ardientes”, porque el Creador los hizo de puro fuego, y el de los segundos quiere decir “plenitud de conocimiento”. Los ángeles pertenecientes a estos dos coros son verdaderamente espectaculares, aunque la iconografía religiosa los confunde con frecuencia. Según describe Isaías, los serafines tienen seis alas cada uno: con un par se cubren el rostro, con otro los pies y con el tercero vuelan “de acá para allá”. Los querubines, por su parte, fueron descritos por Ezequiel como seres que tienen el cuerpo y las alas llenos de ojos. Además, en ellos ve lo que se conoce como tetramorfos, ya que, aunque uno de los querubines mantiene su cara de ángel, pero un segundo la tiene de hombre, la cara del tercero es de león y la del cuarto de águila. Una visión similar reflejará San Juan en el Apocalipsis, aunque en su tetramorfos habrá un hombre, un león, un becerro y un águila, cada uno con seis alas llenas de ojos. Esta representación zoomórfica ha llevado a muchos investigadores a buscar la imagen original de los querubines en otras configuraciones híbridas, como la de las esfinges. Un antecedente podría ser la figura de los lamassu babilónicos, esos seres altivos con cuerpo de toro o de león, alas de águila y noble rostro de hombre barbado. EL DUALISMO DE ZOROASTRO: Ormuz y Ahrimán
La primera y más estructurada formulación religiosa del bien y el mal surgió en la antigua Persia, elaborada por el reformador religioso Zoroastro hacia el año VII a.C. Establece que el dios supremo Ahura Mazda creó dos dioses menores, hermanos gemelos, que se ocuparon de hacer surgir el mundo: Ormuz, que representa el bien, y Ahrimán, que es el emblema del mal. En esta formulación del dualismo mazdeísta se encuentran ya muchas características que influirán siglos después en las concepciones del bien y el mal de otras religiones. Por ejemplo, se considera que Ormuz nació de la luz, mientras que Ahrimán, nacido de la oscuridad, lleva por título Príncipe de las Tinieblas. Pasado el tiempo ese título distinguirá a otros señores del mal, incluido el Satán hebreo. También en el mazdeísmo los mundos opuestos de la luz y de la oscuridad estaban en guerra desde el inicio de la creación. Cada bando tenía su ejército. En el de la luz, Ormuz creó seis dioses de benéfica actividad: el dios de la bondad, el de la verdad, el de la equidad, el de la sabiduría, el de la prosperidad y el de la belleza. En el de la oscuridad, Ahrimán también creó seis ayudantes maléficos: la mala intención, el fuego destructor, la flecha de la muerte, el orgullo, la sed y el hambre. Y se inició el combate.
__________________ "Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen." |