Hace algun tiempo llego a un lejano pueblo un Medico, con el fin de prestar sus servicios a los lugareños.
El hombre se instalo en un pequeño consultorio y desde alli comenzo a ejercer con todo el profesionalismo y desinterez que lo caracterizaban, de esta manera en poco tiempo se gano el cariño y la admiracion de todos los nativos del lugar, que valga la aclaracion, eran en su gran mayoria hombres.
Pasaron los meses y una duda comenzo a asaltarle la mente..."Como hacen estos buenos hombres-pensaba- cuando tienen necesidad de mujer?"...
Por tal razon y teniendo en cuenta que el ya sentia los efectos de las ganas de hembra, cierto dia, decidio preguntarle a un nativo, con el que habia hecho una buena amistad:
-Cleonasio, dime una cosa, como hacen ustedes cuando tienen la necesidad logica de estar con una mujer?
-Uffff Doctor , que pena con usted -respondio Cleonasio- no haberle aclarado antes tal duda... Acompañeme al rio y alli de una vez calma esas ansias, que me imagino, tiene retenidas.
Diciendo y haciendo, se dirigieron hacia el rio. Cuando llegaron, lo primero que vio nuestro medico fue una larga fila de lugareños detras de un rozagante burro, parado a la orilla del rio..."Pobres hombres de esta manera es que calman sus reprimidos deseos"-penso el doctor.
-Mi Doctor- dijo Cleonasio- por ser usted una persona tan distinguida y querida en nuestro pueblo, le vamos a ceder el primer lugar en la fila...
-Muchas gracias amigo y a todos ustedes gracias por cederme el puesto, aunque no han debido molestarse...-dijo de dientes para afuera, porque ya no aguantaba mas.
Entonces con el rostro sonrojado camino, perdon, corrio hacia el saludable cuadrupedo (ya sus ojos lo veian con un apetito incontenible)...y se desvistio de una manera fugaz...a las claras se notaba en su entrepierna el fuerte deseo que ya estaba sintiendo...y sin esperar mas agarro al cuadrupedo de las posaderas y despues de lamerle con total excitacion las orejas, penetro al sensual burro...sus ojos brillaban y su rostro se desencajaba al ritmo de los embates.
Cleonasio lo miraba con una mezcla de ternura y lastima..."pobre mi doctor-penso- no pudo aguantar tanta abstinencia..."
Espero un momento y en voz alta le dijo:
-Doctor...que pena con usted...pero sera que ya puede soltar el animalito...haber si comenzamos a pasar al otro lado del rio...donde nos estan esperando las mujeres¡¡¡¡¡
Moraleja
Cuando te aclaren alguna duda pregunta bien todos los detalles...comeburra¡¡¡¡