Un pastuso que era demasiado, exageradamente inteligente visita a un famoso cirujano y le pide que le reduzca la inteligencia:
- Doctor, yo quiero que me reduzca la inteligencia, es que se ha convertido en un problema para mi, es demasiada responsabilidad y en ningún momento puedo tener tranquilidad, son demasiadas presiones en cada aspecto de mi vida y quisiera ser una persona normal, vivir en paz... ¿Podría hacerlo?
- Claro que si, mi amigo, pero es una operación cara y delicada porque hay que quitar la mitad del cerebro.
El paciente acepta y se somete al bisturí, pero durante la operación al médico se le va la mano y sólo le deja un cuarto de cerebro, pero no se lo dice. El cliente se va a convalecer a su casa, mientras al cirujano le comienzan los remordimientos hasta que no aguanta más, así que decide ir a confesarle todo. Llega, toca el timbre y sale el operado, y el médico le dice:
- Señor, disculpe, pero le confieso que se me fue la mano en la operación y sólo le dejé un cuarto del cerebro, quiero estar tranquilo, al menos dígame por favor, cómo se siente:
- Ché, ¿vos sabés como me siento?... ¡Bárbaro, De maravilla!