Un día Jaimito estaba sentado observando a su mamá lavar los trastos en la cocina. De repente notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su mamá y le preguntó inquisitivamente:
- ¿Por qué tienes algunos cabellos blancos, mamá?
Su mamá le contestó:
- Bueno, cada vez que haces algo malo, sales con tu grosería y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se pone blanco.
Jaimito digirió esta revelación por un rato y luego dijo:
- Mamá, ¿porqué todos los cabellos de mi abuelita están blancos?