Llega el marido a las cuatro de la mañana y previendo que se despierte la mujer, atrasa el despertador y lo pone a las doce de la noche. La mujer se despierta y le recrimina.
- ¿Estas son horas de llegar?
- Perdón dice el sujeto, pero son las doce de la noche, no es una hora como para hacer una escena.
- Tienes razón ―dice la mujer―, ¿estás cansado, quieres algo?
El sujeto, pensando en reparar el atraso del despertador le pide un vaso de agua. Cuando la mujer entra en la cocina, ve el reloj y vuelve hecha una furia...
- ¡Desgraciado, infeliz, son las cuatro de la mañana! ¿Qué explicación me va a dar?
El hombre la mira y refuta:
- ¡Vos que explicación me vas a dar! ¿Cuatro horas para traerme un puto vaso de agua?