Un hombre va a una farmacia y pide 200 pastillas de Viagra. El farmacéutico le pregunta que para qué las quiere, y él le dice que tiene una cita con 5 ninfómanas, el farmacéutico se las vende pero le advierte que son muy fuertes y que sólo se tome dos pastillas. Por supuesto, él hombre no le hace caso y en cuanto llega a su casa se toma todo el frasco y se pone a esperar a que lleguen sus amantes. Al día siguiente, vuelve a la misma farmacia con los brazos hinchadísimos y pide un litro de calmante muscular.
- ¿Por qué? ―le pregunta el farmacéutico― ¿Qué le ha ocurrido en los brazos?
- Es que las putas ninfómanas esas no vinieron.