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▬Goos Fraba▬ · 22-10-2009 , 10:41:44

* El Milan dejó anoche en ridículo al equipo de Pellegrini.
* Hubo apatía, desgana, juego lento y los mismos errores.
* Sin Cristiano Ronaldo, no hay chispa ni un líder claro.
* El Madrid echa de menos al portugués: sigue sin ganar sin él.

Tras una derrota como la del miércoles ante el Milan, pocas excusas pueden poner los jugadores del Madrid. De hecho, ni lo hicieron. Sólo es rescatable una frase de Benzema, que dio en el clavo con uno de los grandes males de este Real Madrid. "En el ataque estamos desordenados y nos estorbamos mucho", dijo el francés en una clara alusión al cuestionado planteamiento táctico de Pellegrini. Pero ese es sólo uno de los siete pecados del 'equipo de los 300 millones'.

1. Apatía, desconcentración, desgana. El ambiente previo era frío en el Bernabéu. Noche fría, lluvia y un rival, el Milan, venido a menos. El peor Milan de los últimos años. Frío era... y frío se quedó. El Madrid saltó al campo al mismo ritmo que el Milan. Se contagió del equipo italiano (¿o fue al revés?) y, lo que es peor, en los momentos de desconcierto, de remontada italiana, los jugadores blancos no supieron imprimirle un ritmo mayor al partido para meter a los milanistas en su propio campo.

2. Mismo juego, mismos errores. 300 millones de euros después, en el Real Madrid no ha cambiado nada. Hay una alarmante falta de recursos, que se traduce en un juego atascado y nada vistoso. La sensación de anoche fue la misma que la de las noches de remontada de los últimos dos años. Si ganaba el Madrid, no seria por juego, por ocasiones, por desbordes o por una jugada ensayada. Sería a la heróica, tal y como lo ha venido haciendo el equipo blanco antes de la llegada del dinero de Florentino.

3. Lesiones y ausencias. Bien es cierto, y es en lo único que se puede refugiar Pellegrini, que el equipo arrastra sensibles bajas. Ronaldo (que merece un capítulo para él solo), Higuaín, Guti, Van Nistelrooy, Metzelder, Gago, el recién recuperado Arbeloa... Los titulares de ayer no supieron llevar al equipo. No había banquillo, ni nadie que remediara esa situación. Al principio de la temporada muchos se llevaron las manos a la cabeza por el banquillo que tenía Pellegrini. Anoche se echó de menos a posibles recambios para reconducir la situación. Negredo, Sneijder, Robben...

4. Cristiano Ronaldo. Capítulo aparte merece el portugués. La 'Ronaldodependencia' blanca es cada vez más evidente. Para los resultadistas, dos partidos sin el portugués (en Sevilla y ante el Milan), dos derrotas. Para los no resultadistas, sólo con ver la chispa (o falta de ella) que tenía el Madrid ante el equipo de Leonardo se hubiera dado cuenta de que CR9 era vital en el partido de Champions... y en todos los que juegue este Real Madrid.

5. Nuevos fichajes, viejos líderes. Ni Kaká, ni Alonso, ni Benzema. Ninguno de los nuevos madridistas ejerce como un líder claro, como una cabeza visible capaz de llevar al equipo a buen puerto, de echarse al equipo a su espalda. Si hablamos de esto, aparecen viejos nombres como Casillas, Raúl o Pepe

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6. La defensa. El desequilibrio que sufre el Madrid se acusa más, si cabe, en su defensa. Pellegrini quiere carrileros que ataquen y defiendan, pero Ramos y Marcelo están en horas bajas. Más el sevillano, que no acaba de recuperar su forma ni su juego, ese que le hizo indiscutible en sus primeros años en el Madrid. Desubicado, acelerado y muy desordenado, el lateral de Camas pide a gritos volver al centro de la defensa. El tercer gol del Milan sirve como ejemplo de lo que es el Madrid en defensa. Lass descolgado en el ataque, Ramos fuera de la jugada, Albiol saliendo a por el mismo jugador que Pepe, y Marcelo cerrando mal.

7. Planteamiento táctico de Pellegrini. Qué mejor que un jugador del Madrid para explicarlo. Benzema, nada más acabar el partido ante el Milan: "En el ataque estamos desordenados y nos estorbamos mucho". Declaraciones que evidencian que la táctica de Pellegrini no está siendo asimilada por los jugadores. El francés dijo más: "Ensayamos abriendo las bandas, pero no nos sale en los partidos". Eso se traduce en un embudo en ataque, con un juego sucio y bravucón, indigno del equipo más laureado de Europa.