Juan trabajaba en una fábrica de embutidos en la sección de cortar y empacar las salchichas. Un día llega a casa y le confiesa a la esposa que hay días en que le dan ganas de meter su pene en la cortadora de salchichas. La esposa le aconseja que visite a un psicólogo para que lo ayude a controlar esta reacción compulsiva, Juan desde luego que no le hizo caso. Pasaron algunas semanas, un día Juan llega a casa muy disgustado. La esposa preocupada le pregunta qué había pasado. Juan le hizo acuerdo de los deseos compulsivos que el estaba experimentando:
- Lo siento mi amor, pero hoy día no me pude controlar y metí mi pene en la cortadora de salchichas y... me echaron del trabajo.
La esposa aturdida, imaginándose una escena escalofriante le pregunta:
- ¿Y qué pasó con la cortadora de salchichas?
Juan le responde:
- A ella también la echaron.