Es otro mundial al que no vamos, es otra desilusión, otra decepción a la que parece ya nos tiene acostumbrada la selección, y durante los últimos ocho años es sorpendente que ante las evidentes carencias y errores tanto de los cuerpos técnicos, directivos y jugadores que han estado en estas etapas no hayan aprendido nada de tantos y tan reiterados errores que siguen frenando la posibilidad de que Colombia vuelva a una Copa del Mundo:
Ruptura abrupta de procesos: se volvió regla en las últimas tres eliminatorias cambiar de técnicos a mitad del camino. Para la eliminatoria de 2002 se inició con el 'Chiqui' García, para las últimas fechas fue retirado por Maturana, quién siguió hasta el final. Para 2006, Maturana inició, pero luego de sólo haber sumado 1 punto en los primeros cuatro partidos, salió del proceso y entró Rueda, quién tampoco pudo llevar a Colombia al mundial. Para esta eliminatoria pasó lo mismo, se inició con Pinto, y luego de dos derrotas ante Uruguay y Chile, se recurrió al entrenador de las menores, Eduardo Lara, y de nuevo, a estos muchachos les toca el mundial, pero por televisión.
Falta de constancia: Entre los 18 partidos de eliminatorias hubo un total de 55 jugadores convocados, y muchos de éstos no tuvieron mucha frecuencia de juego. El jugador que más partidos jugó en esta eliminatoria fue Fabián Vargas, y jugó un total de 11 partidos. Otras selecciones tuvieron un total de menos de 30 convocados y muchos de sus jugadores han jugado cada partido. La falta de memoria de juego pesó, y hondo.
Improvisación: Las alineaciones contenían un sinnúmero de improvisaciones, alo que en el fútbol no está bien visto. Cómo es que Freddy Guarín es colocado como volante de creación, cuando su posición natural es la de volante de recuperación? O por qué Amaranto Perea está de lateral, cuando siempre ha sido defensa central? Zapatero a su zapato señores! Uno no improvisa de esa manera.
Aires de Argentina o Brasil: Seguir creyendo que porque un jugador está en Europa es mejor, cuando los últimos partidos que se perdieron fueron gracias a los brillantes que estñan al otro lado del charco. Hace 20 años, cuando estaban el Tino, Freddy Rincón y compañía, se le criticó a Maturana y al Bolillo la famosa "rosca paisa", pero esa rosca llegó a tres mundiales, y así es que tiene que ser, hay que tomar al ekipo que mejor esté en este momento en Colombia y tenerlo como base, porque es en los clubes donde se arman las sociedades. Ecuador tiene a la Liga de Quito, Venezuela al Caracas FC y Chile al Colo-Colo. Pero en este momento nuestro fútbol es deficiente, no es sino con ver las últimas actuaciones de nuestros clubes en los torneos de CONMEBOL, y hacen difícil pensar en un club base para una selección.
Orgullo de los directivos: La Federación ha insistido en los últimos años en seleccionadores nacionales, en un afán de promocionar el producto nacional. Pero en un fútbol tan deficiente como el nuestro pareciera que los Maturanas o los Bolillos de los años 90 son mas bien cosa del pasado. Se ha pensado en la posibilidad de traer técnicos extranjeros, y Marcelo Bielsa alguna vez figuró entre los opcionados, pero alegando la excusa de que "cobraba mucho", desisitieron (qué favor le hicimos a Chile!). Definitivamente sí es mejor que el nuevo técnico sea extranjero, de mentalidad agresiva y amante del juego ofensivo, nada de estos peleles mediocres que tenemos, de mentalidad conformista y juego defensivo. Creo que si uno quiere algo no escatimaría gastos ni esfuerzos, o si?
Pérdida de la identidad de juego: No sabemos cuándo, lo que sí sabemos es que Colombia no tiene una identidad de juego clara, como sí la tenían en los años 90. Ahora Colombia pretende jugarle al rival cómo juegan ellos, ayer pasó con Chile y se aprovecharon de esa flaqueza.
Mentalidad mediocre: se ha aspirado en las últimas ocasiones a un repechaje, que no es garantía de nada, eso tiene que cambiar, hay que fijarse metas altas y esforzarse al máximo y más allá para poder aspirar a algo, y que sean cosas grandes, querer llegar directo al mundial, o llegar al mundial y aspirar a campeón. Se perdió la ambición, la hambre de triunfo, qué triste.
Suerte: Aunque no tan importante, siempre le faltó esa ayuda externa que pudiera darle un empujón. En 2002 nos quedamos afuera por un gol, en 2006, por un punto. Pero esa suerte es la que uno mismo se forma, y Colombia no forjó un mejor destino antes, ahora es que se pagan las consecuencias.
Triste es ver cómo una selección que se destacaba en otros tiempos por un juego efectivo y bonito, ahora termine jugando a la mala, sin ganas, sin diversión. Se perdieron las ganas de jugar y la diversión en el juego, tal como nos tenían acostumbrados el Tino Asprilla, el Tren Valencia, el Pibe, esa generación de oro que difícilmente se repetirá, si se sigue con una dirigencia negligente ante tantos y tan repetitivos fracasos, con técnicos de mentalidad mediocre y con jugadores que acuden al llamado más por la plata que por la camiseta. Será que esta vez por fin si se tocó fondo y se querrá componer el camino?