Denunciante Leyenda
| Respuesta: Las 10 peores adaptaciones |
Me retracto, hay un horror peor que Dragon Ball Evolution: Se trata de Battlefiel Earth, adaptación de la "novela" homónima de L. Ron Hubbard; orate conocido por ser el fundador de la Cienciología. Cita: Sinopsis muy dolorida: Estamos en el planeta tierra (¡vaya novedad!). Corre el año 3.000, el 2.999 ya no corre, falleció a la provecta edad de un año. Un rollo de letras nos cuenta que la humanidad está al punto de la extinción, esclavizada por los alienígenas chiclos (o algo así), que dominaron la tierra para extraer el oro que cago el loro.
Una tribu resiste el empuje de los romanos, quiero decir los chiclos, en lo alto de una montaña. Y uno de ellos marchará por tierras ignotas para desafiar a los dioses. Destino cruel, será esclavizado por un Travolta maquillado como un Calimero rastafari. El drama se precipita y la película también.
Comentario: Uno podría empezar divagando sobre Hubbard, las teorías patateras de la cienciología y las bases ideológicas de este proyecto. Pero enseguida lo dejaríamos, la película es tan terriblemente mala, que sería algo equivalente a discutir la "Crítica de la razón pura" de Kant tomando de base "Sopa de ganso" de los hermanos Marx.
Así que vamos a ver porqué es tan mala. A ver partimos de una idea que podría ser espectacular, la lucha contra unos alienígenas (chiclos) esclavizadores, los paisajes de las grandes ciudades en ruinas, un presupuesto de muchas decenas de millones de dólares, y estrellas de jolivud.
Pero uno ve el cartel, el careto de Travolta y esa espectacular avalancha alienígena, que mas bien parece la Operación Salida en agosto en la carretera nacional hacia Benidorm... y mal empezamos. Luego la peli se inicia, sale un rollo en plan pianola, que como todo rollo patatero introductorio augura la presencia de un cutrefilm de honor. Mal viene la fiesta y peor aún si ni se han molestado en traducirlo...
Vayamos a punto mas flojo, y ese es el guión. La novela original ya debe ser infumable, pero su adaptación no tiene ni pies ni cabeza, a lo mejor 46 orejas y 22 sobacos pero nada mas. Ciertas escenas son de pasmo, como por ejemplo, como deducen los chiclos cual es la comida preferida por los humanos, o como los cavernicolas aprenden a pilotar cazabombarderos en 30 segundos, o de como en la misma avanzada forma montan y teletransportan bombas atómicas sin haber aprendido antes a hacer la O con un canuto por el método CEAC. Los diálogos entre los chiclos, sobre todo los referentes a chiclo - dieta o a chiclo - palabrotas no pueden mas que describirse como de una cenutriez supina... y la cara que se te queda cuando los escuchas.
Bueno el guión es un despatarre, y las actuaciones... ay que dolor. Travolta pues se llama John, y además de eso, sobreactúa de una manera infame, demostrandonos por activa y por pasiva que es muy malo y realmente malo y maligno y malvado y apestoso y no usa Colgate y además es la Madre Teresa de Calcuta de los malos. Solo le falta meter la cabeza en la guillotina porque los humanos nunca tirarían de la cuerdita. Un auténtico Pier Nodoyuna. Y el bueno, pues es galante, audaz, inteligente y pasea durante toda la película la cara de estreñido cabreado esculpida en piedra. De entre la infumable marabunta de chiclo - rastas y cavernícolas, pues el bueno de Forest Whitaker pergueña lo mas parecido a actuar y no es nada del otro jueves.
Bueno, pero hay peleas, acción... ¿entretienen? Pues mas o menos, mas bien menos... Una camara que se empeña en tomar las escenas en ángulo de 45 grados, que te obliga a girar la cabeza a un lado y a otro hasta provocar dolores de cuello. Cada vez que hay marcheta aparece la cámara lenta y nos da tiempo de contar los piojos en cada cavernícola. Y eso sin olvidarnos de la chundarata que nos meten cada dos por tres con el sonido ambiente quitado, mas el filtro azul oscuro usado a tutiplén... ¡ay que mareo! Y con esos pinceles, pues si la acción parecería ilógica hasta en un episodio del correcaminos, mal vamos.
En resumen un hijo mutante de El planeta de los simios tras una noche orgiástica con Independence Day (de esas orgías de fumar cosas muy caras), y el niño salió con cara de travolto.
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Dijo un crítico: "Un millon de chimpancés con un millón de lápices escribiendo durante un millón de años, se las verían francamente jodidos para conseguir escribir algo que rivalizara en cretinez supina con esta película." |