Llega Juan Gabriel al cielo y está ante San Pedro:
- Oye, creo que se te ha caído una moneda.
- Ah, ¿sí?
San Pedro se agacha y ¡raca, raca!, Juan Gabriel se lo encula.
- ¡Por este sacrilegio irás ahora al infierno!
Después de un tiempo San Pedro va al infierno a ver qué tal van las cosas y se encuentra un paisaje helado, con estalactitas y los diablillos tiritando.
- Pero ¿qué ha pasado? ¿Aquí no había antes un calor para derretirse?
- Sí, pero desde que llegó Juan Gabriel, ¡nadie se agacha a encender la caldera!