Había una señora que estaba desesperada porque a su marido ya no se le paraba. Conversando con su vecina, ésta le comenta que tiene un polvito blanco que podía hacer que a su marido se le levante el ******o y que este crezca más aún, con sólo una pizca. La señora ni corta ni perezosa le pide un poco de ese polvito blanco. Entonces le prepara a su marido unos tallarines pero la vieja en vez de echarle una pizaca, le echa casi toda la bolsita de polvito blanco como si fuese queso parmesano, rayado. Cuando de repente el marido siente que el ******o se levanta, le dice:
- ¡Mujer ve a la cama y prepárate que ahorita te destrozo!
La mujer corre al cuarto, se desnuda y se echa en la cama, llega el marido hace lo mismo y se lanza contra la mujer. Están haciendo el amor de una manera desenfrenada, de todas las formas imaginables. En un momento que ella estaba sentada encima de él, comenzó a crecerle el miembro y comenzó a levantarla de tal forma que ya llegaba al techo, cuando esto sucedía, la señora gritaba a los criados de la casa,
- ¡¡¡¡¡Jaime, Maria, traigan el hacha, el hacha!!!!!
De pronto Jaime y María entran al cuarto de sus patrones y ven la escena y dice Jaime:
- ¿Dónde corto señora? ¿Dónde corto?
Ella responde:
- ¡Cuál corto, gran huevón! ¡¡¡¡DESENTECHEN, DESENTECHEN!!!!