Un gringo, un mexicano y un paisa, quedan náufragos en una isla desierta y después de una semana de no comer, se van a lo drástico. En la mañana del octavo día el mexicano, que se siente muy macho, dice:
- Pues yo me sacrifico primero para el desayuno, saca una navaja y se corta una tira de carne de una nalga diciendo: comeremos lomo para el desayuno.
Y entonces todos comen. Para la hora del almuerzo el gringo siguiendo el ejemplo del mexicano toma la navaja, mide una parte de su pierna y empieza a cortar diciendo:
- Ahora comeremos filete.
A la hora de la comida el paisa se baja la cremallera, se saca aquello y el gringo, feliz, dice:
- ¡¡All right!! !!Hot dogs!!
- ¡¡Cuál Hot dogs, huevones!! -dice el paisa-, tomen su lechita y a dormir.