Hangar de Moffett, Inglaterra
Estas mega-estructuras también eran fundamentales para alojar los dirigibles entre sus viajes. La gran sensibilidad al viento de los enormes globos obligaba a que estos fueran guardados en un espacio cerrado y cubierto. "Recogerlos" dentro de los hangares era un proceso complicado y melindroso, al igual que toda la tecnología involucrada en estos ingenios voladores. Se empezaba por ancorar la nariz del globo a una cuerda atada a una grúa y, a continuación, se realizaba la misma operación con la cola. Las grúas se deslizaban para dentro del hangar a lo largo de dos carriles, arrastrando con él el dirigible.
Muchos de estos edificios se situaban en Alemania, donde apareció y se expandió el ingenio de
von Zeppelin desde finales del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. Los viajes en dirigible se volvieron habituales, alcanzando su apogeo entre las dos guerras. En Alemania se erguieron colosales estructuras, Berlín, Dresden, Frankfurt o Düsseldorf; en el resto de Europa también se construyeron hangares, sobretodo en Francia y en Inglaterra.
Hangar de Dusseldorf, Alemanha (destruído) Hangares de Cardington, Inglaterra Hangar de Montebourg-Ecausseville, França
Durante el segundo conflicto mundial los bombardeos se encargaron de destruir gran parte de estos edificios, hasta porque eran considerados blancos militares. En Alemania las bombas de los aliados arrasaron completamente todas las construcciones. Los colosales hangares fueron reducidos a escombros.
Los pocos sobrevivientes de esta época se encuentran en los Estados Unidos. También son los mayores, a la manera americana. En la década de los 30, con los viajes intercontinentales ya vulgarizados, los EUA poseían una infraestructura bien montada, constituida por varias bases aéreas destinadas a apoyar los vuelos de dirigibles. Algunas fueran destruidas o desactivadas; otras sobreviven y hoy pertenecen al ejército, que mantiene los antiguos hangares todavía en funcionamiento, haciendo parecer las actuales construcciones casas de muñecas.
Hangar de Tustin, EUA
Uno de los mayores hangares de esa época,
Lakehurst, en New Jersey, todavía está activo. Se volvió famoso por las peores razones. Era ahí que se quedaba alojado normalmente el gigantesco
Hindenburg. El 6 de mayo de 1937 el
zeppelin alemán al aproximarse a la base para aterrizar explotó y se consumió en un mar de llamas en apenas 34 segundos... Era el final de los dirigibles. Restaron los hangares.