Fueron diez minutos de terror y pánico los que vivieron cientos de usuarios del transporte naranja quienes, ante la balacera, algunos se tiraron al piso mientras que otros corrían despavoridos por los pasillos para escapar de la agresión.

La tragedia devino en unos instantes. Las autoridades y testigos coincidieron en que todo se inició a las 17:14 horas, cuando Luis Felipe Hernández Castillo fue sorprendido escribiendo la leyenda Este gobierno es de criminales: LTI en las paredes de los andenes por el policía bancario e industrial Manuel Miranda Hernández.

El uniformado trató de detenerlo, no sin antes advertirle que tirara el marcador o lo remitiría al juez cívico.

En respuesta Luis Felipe, de 38 años, sacó de una mochila un revólver calibre 38 y gritó: ¡Esto ya valió madre!, al tiempo que abrió fuego en contra del policía, quien cayó al suelo al recibir un balazo en la cabeza.

Ya desquiciado, el sujeto siguió disparando y posteriormente se metió al convoy que acababa de llegar a la estación ahí gritó:

¡No es un ataque contra el pueblo, es un ataque contra el gobierno!. Aprovechó el momento para recargar su revólver, luego de que vació su carga en contra del PBI.

En ese momento el civil Delfino Martínez, quien presuntamente labora en la Secretaría de Seguridad Pública,se enfrentó con Luis Felipe Hernández, hecho que el procurador capitalino Miguel Ángel Mancera calificó como un acto heroico.

Durante el forcejeo el elemento cayó abatido, mientras que el asesino fue rodeado por personal de Seguridad del Metro y de un elemento de la Policía Judicial, quien le disparó en el hombro y finalmente fue desarmado.

De acuerdo con las autoridades capitalinas, el agresor realizó nueve disparos, seis de ellos en contra del PBI y tres más en contra de los elementos que lo contuvieron.

Por la emergencia llegaron a las inmediaciones de la estación del Metro Balderas decenas de ambulancias, así como también patrullas de la Policía Judicial y preventiva, para atender la contingencia.

De acuerdo con Pedro Estrada, director del Escuadrón de Rescate y Urgencias Medicas (ERUM) por lo menos cinco personas resultaron con impactos de bala, entre ellos el encargado de la estación Balderas, Juan Manuel Velázquez.

Asimismo, reveló que durante la refriega el agresor resultó herido de un impacto de bala en el hombro, por lo que después de presentarlo ante el Ministerio Público fue trasladado en una ambulancia del ERUM al hospital Rubén Leñero, donde los médicos lo reportaron estable.
Los gritos de “no es un ataque contra el pueblo, es un ataque contra el gobierno” y “esto ya valió madre”, precedidos de nueve detonaciones rompieron abruptamente la calma que se vivía en el andén de la estación Balderas de la línea 3 del Metro.

TESTIMONIOS. Las historias de los testigos fueron múltiples y todas ellas cargadas de miedo y adrenalina por el inesperado suceso que se les atravesó en sus vidas.

“Yo estaba atrás de él cuando se quedó adentro del vagón, gritaba como si estuviera loco, por eso todos nos aventamos al piso y yo comencé a rezar para que no me tocara ninguno de los balazos”, dijo en entrevista con Crónica Dante, visiblemente nervioso.

Una de las pasajeras, menor de edad, describió al hombre como un sujeto de más de 1.80 de estatura y con bigote.

Otros más relataron que realizó gritos con consignas y pasajes religiosos al tiempo que realizaba disparos y ya cuando los policías lo llevaban detenido.

El incidente se registró a las 17:14 horas y duró no más de diez minutos. Lo anterior bastó para que la estación Balderas suspendiera su servicio de inmediato y los usuarios fueran desalojados de la estación.

Alrededor de las 21:00 horas los cuerpos de los dos uniformados que perdieron la vida fueron retirados del lugar y trasladados al Servicio Médico Forense, mientras que 12 camiones de la Red de Transportes de Pasajeros trasladaron a los pasajeros de la estación Balderas al Centro Médico.