HISTORIA DEL VIAJE
¡Que no estamos tan mal! Fue la imagen del desplazamiento a Milán. El presidente y del técnico se encontraron en el aeropuerto alrededor de una taza de café
Laporta atendió amablemente a los periodistas italianos nada más aterrizar en Milán
La rumorología sisea al oído que entre Joan Laporta y Pep Guardiola no hay buen ‘feeling’. Nadie lo diría después de presenciar el cuadro que se dibujó ayer en el aeropuerto de El Prat.
Como suele ser habitual en los desplazamientos europeos del FC Barcelona, el presidente azulgrana aprovecha hasta el último instante para subir al avión. Tiene como costumbre desayunar un buen café y alguna pasta en una cafetería cercana a la sala de embarque por la que normalmente sale el Barça. Ayer tuvo un acompañante de lujo: Pep Guardiola.
No debería ser nada extraño que presidente y entrenador hablen de forma distendida mientras saborean un buen café, si bien es cierto que esa escena hacía mucho tiempo que no se veía, de ahí que ese momento fuera convenientemente plasmado por los cámaras de televisión que viajaron con el FC Barcelona. Parafraseando al presidente azulgrana cuando pronunció aquella famosa frase, los dos protagonistas pusieron de manifiesto que no están tan mal como dicen. Todo lo contrario, Laporta y Guardiola mantuvieron un tono cordial, distendido e incluso afectuoso, así que habrá que dejar de ver fantasmas donde no los hay...
Por cierto, ya que hablamos de ellos, hay que destacar que ambos sufrieron una sensible baja en sus filas. Al presidente se le cayó del avión, a última hora, su primer guardia pretoriano, Alfons Godall. Había llegado de Polonia el lunes por la noche y no tenía el cuerpo para meterse otro viaje. Y al técnico azulgrana tampoco le acompañó el incansable Txiki Begiristain, el secretario técnico, aquejado de una lumbalgia aguda que le ha obligado a quedarse en casa guardando reposo y dándole al voltarén.
De todos modos Laporta no se encontró solo. En el vuelo Barcelona-Milán compartió asiento con Jaume Ferrer, vicepresidente segundo, y le acompañaron para este envite europeo nueve directivos más: Yuste, Boix, Perrín, Bagués, Auset, Oranich, Colomer, Font y Torrent.
La amplísima representación azulgrana, a la que hay que añadir a los ejecutivos del club, como el director general corporativo Joan Oliver o el director de fútbol Raúl Sanllehí, estuvo almorzando en un restaurante que les había recomendado Frank Rijkaard y que se encontraba a escasos metros de la casa donde se produjo la famosa cena entre Moratti y Laporta que sirvió para cerrar el fichaje de Zlatan Ibrahimovic.
La novedad de la expedición estuvo en la vestimenta de los jugadores. Ya se sabe que no les gusta ponerse el traje oficial, pero ya que van en chándal, al menos cada año estrenan uno nuevo. Es esta ocasión es un blanco roto tocado con una línea recta azul. Discreto.