EL FUTURO INSTITUCIONAL DEL BARÇA
Así está la carrera electoral Tres en el seno de la junta, al menos dos en el entorno barcelonista... El barcelonismo se prepara para un proceso que acabará en junio de 2010
Oficialmente, la carrera electoral por la presidencia del Barça arrancará a principios del 2010, pero en realidad ya hace tiempo que desde dentro y desde el entorno del club se pergeñan las estrategias para llegar hasta el sillón de Joan Laporta, quien no puede presentarse a un nuevo mandato según marcan los estatutos del club.
Y es precisamente en el seno de la junta directiva en donde se registra una mayor actividad. La excelente coyuntura deportiva del Barça tendría que servir como crédito ilimitado, pero el hecho de perder a su figura más carismática se convierte en todo un quebradero de cabeza a la hora de confeccionar una candidatura de continuidad.
Laporta y sus directivos trabajan sobre el asunto hace tiempo y quieren definirlo en las próximas semanas. Su idea es apurar el mandato presidencial -dentro de los plazos que fijan los estatutos- para poder cerrar el ejercicio económico y, como haría cualquiera, rentabilizar los éxitos deportivos no solo del fútbol. La apuesta en firme por las secciones profesionales, con el fichaje de Ricky Rubio como mejor ejemplo, apuntan por ese camino.
De las diferentes opciones que han aparecido dentro de la junta, la de Xavier Sala i Martín ha quedado descartada. El economista no ha encontrado, por el momento, los suficientes respaldos para postularse con fuerza. En cuanto a Alfons Godall, el presidente primero es amigo y hombre de confianza de Laporta y está a disposición de sus compañeros de junta para lo que sea preciso. La tercera vía es Jaume Ferrer, quien amparado en su imagen de gestor solvente ya cuenta con el beneplácito de un sector de la directiva.
En el entorno, es Sandro Rosell quien parece ir un paso por delante. De hecho, es el único que ya anunció que se presentaría a los comicios pues estaba preparado para afrontarlos. Se trata del contrincante que más inquietud despierta en el seno de la actual junta pues el ex vicepresidente también puede capitalizar los éxitos de la primera etapa y trabaja desde hace tiempo en su proyecto junto a su grupo.
En cuanto a Ferran Soriano, mantiene la incógnita. Como Rosell, también puede esgrimir como argumento electoral su labor en la gestión económica del club y podría liderar una candidatura que aglutinara a la segunda escisión de la junta original del 2003. Sus compromisos profesionales en Spanair pueden condicionar su decisión.
Queda por ver si se volverán a lanzar al ruedo algunos barcelonistas que en los últimos años se han postulado como presidenciables. Es el caso de Jordi Majó, Josep Maria Minguella o Jaume Llauradó que de manera más o menos intermitente se han mantenido activos en el entorno barcelonista. Y si en esta ocasión se configura la tantas veces anunciada candidatura respaldada por la sociedad civil catalana.
El hecho de que algunas de estas personalidades se impliquen en alguno de los proyectos que ya se están diseñando diluiría esta opción. La complicada situación económica tampoco pondrá las cosas fáciles a las posibles candidaturas de base que en otras ocasiones se postularon.
El aval bancario, un factor decisivo
Si impulsar una candidatura ya supone una inversión económica importante, los aspirantes que no provengan de la actual junta se encontrarán con un requisito añadido: presentar el aval bancario equivalente al 15 % del presupuesto que para esta campaña asciende a 405 millones de euros. Eso supone responder por valor de unos 60,75 millones. En principio, los directivos que se integren en una candidatura de continuidad están exentos de presentar el aval si han presentado balances positivos en los últimos ejercicios.