El alcalde de Pasto convoca en la plaza a todo el pueblo para hablarles del SIDA. Cuando están todos reunidos, el alcalde y Manuel, un "seropositivo", aparecen juntos en el balcón de la alcaldía. El alcalde llena un vaso de agua, le da a beber a Manuel y luego bebe él.
- ¡Querido pueblo! ¡Así no se contagia el SIDA!
A continuación, el alcalde toma una jeringuilla, se la da a Manuel y le pide que se extraiga un poco de sangre del antebrazo. Luego, Manuel le pasa la jeringuilla al alcalde y éste se extrae otra muestra de sangre.
- ¡Querido pueblo! ¡Así sí que se contagia el SIDA!... Pero tranquilos, porque a mí no me va a pasar nada. ¿Y saben por qué no me va a pasar nada...?
- ¡No, alcalde! ¿Dinos por qué? - gritan todos.
- Porque, miren todos... - y muestra - llevo puesto un preservativo.