 Reconocimiento al maestro Lorenzo Morales
Reconocimiento al maestro Lorenzo Morales
En la celebración de los 95 años del maestro Lorenzo Miguel Morales Herrera, cumplida el pasado sábado 25 de julio, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata le hizo un reconocimiento a su vida y obra
En el acto le entregó la resolución número 049 donde resalta su aporte a la música y lo pone como ejemplo de las nuevas generaciones. Apartes del texto dicen: “Que su obra musical es grandiosa y su accionar digno de ejemplo para todos los que conocemos de sus atributos para tocar el acordeón y su manera de componer canciones donde está la esencia pura del auténtico vallenato.
Que su protagonismo en la obra musical ‘La gota fría’ le permitió ser incluido en la historia de los mejores cantos vallenatos y ser inmortalizado por su amigo y compadre Emiliano Zuleta Baquero”.
Por su parte el coordinador general de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Efraín Quintero Molina, quien hizo entrega de la resolución a ‘Moralito’, conocido como ‘El Gigante de Guacoche’, indicó que “a Lorenzo Morales nunca nos cansaremos de exaltar por su excelsas obra musical, por su calidez humana y por su ejemplo de caballerosidad. Supo ganarse su propio espacio en el mundo de la música vallenata que hoy le reconoce su grandeza y su generosidad con sus amigos. Lorenzo Morales, es un ejemplo y un ser dotado de grandes virtudes”.
El maestro a la entrega de la resolución de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata anotó que “nunca está de más recibir reconocimientos de la Fundación del Festival Vallenato y de los amigos que valoran todo el trabajo que hice por la música vallenata, porque ya estoy en uso de buen retiro. Gracias a todos es lo que me nace decir”.
En su residencia del barrio Primero de mayo se congregaron una serie de amigos y medios de comunicación que le festejaron los 95 años de vida al maestro Lorenzo Miguel Morales Herrera, una de las glorias vivientes de nuestra música vallenata.
En medio del festejo Moralito aseguró que llegar a esa edad era una bendición de Dios. “Estoy agradecido con Dios porque me ha dado el permiso para llegar a esta edad, codearme con mis amigos y recibir el cariño de la familia. Lo único es que ya no toco el acordeón, porque fue una promesa que nos hicimos con mi compadre Emiliano Zuleta. La promesa consistía en que si alguno de los dos moría, el otro silenciaba su acordeón y así ha sido. También tengo que decir que debido a mis males me tocó dejar lo que más me gusta en la vida: tocar el acordeón”.
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