Ecuador no descartó el martes la posibilidad de que dirigentes de la guerrilla de las FARC estén refugiados en su territorio, como sostiene un informe de inteligencia colombiana revelado por el diario bogotano El Tiempo.
"Podría ser una información veraz", declaró el ministro de Defensa, Javier Ponce, y añadió que "nunca hemos negado que pueden haber ingresos momentáneos de dirigentes del secretariado (de las FARC), pero tampoco es posible evidenciar eso".
"En investigación nunca podemos descartar nada, tenemos nosotros que verificar y realizar las investigaciones que corresponden", dijo a su vez el comandante de la Policía, general Jaime Hurtado, al canal Gama TV.
En Ecuador se hallarían Milton de Jesús Toncel ('Joaquín Gómez') -del alto mando de las FARC-, además de Jorge Torres ('Pablo Catatumbo'), Edgar Tovar y Sixto Cabaña ('Domingo Biojó'), de acuerdo con el informe colombiano que anota que otros jefes guerrilleros también se refugian en Venezuela y Cuba.
El diario El Universo reprodujo declaraciones de Ponce en las que afirmó que "el gobierno ha tomado la noticia con la suficiente seriedad para investigar".
Hurtado, por su parte, manifestó que "no tenemos ninguna información cierta. Sin embargo, nosotros permanentemente estamos investigando cualquier tipo de presencia de líderes guerrilleros o de cualquier otra persona que esté buscada por Interpol".
"Ya he dispuesto que se tomen cartas en el asunto y podamos tener alguna información", añadió e indicó que hay que verificar datos "porque no podemos decir nada cierto si no está comprobado".
El comandante señaló que "existe la coordinación" con la Policía de Colombia y apuntó que "en cuestión de trabajo policial realmente no existen fronteras, lo que importa es que exista la paz y la seguridad".
Quito ha planteado varias condiciones a Bogotá, como dejar de vincularlo con las FARC, para restablecer las relaciones diplomáticas que están rotas desde marzo de 2008 a raíz del ataque militar colombiano contra ese grupo rebelde en territorio ecuatoriano.
Esa acción, rechazada por la OEA por considerarla una violación de la soberanía de Ecuador, dejó 25 muertos -entre ellos el jefe insurgente Raúl Reyes y cuatro mexicanos-.