Ya para qué mujer,
no jugués a la que se va a soltar,
vos misma sabés que perdiste la libertad,
no perdás el aliento tratando de desatarte.
Rendite mujer,
que no te duelan las manos,
puede que mañana tengás que acariciar
las mejillas encharcadas de algún hombre.
No se quien será, mujer,
no lo vas a lastimar,
prometémelo mujer,
jurame que no lo vas a hacer llorar.
Mirame a los ojos preciosa,
al menos tené una muerte digna.
Ay Dios ...
Ni perdás el aliento tratando de alzar la mirada,
ya la tuviste,
si que fue digna,
ya estabas muerta mujer.
Contámelo vos misma,
¿quien te quitó la vida?,
debió ser por venganza.
No tenés nada mujer,
no te queda ni un alma;
rezá, ojala una perdida se apegue a lo que te queda de cuerpo.
Ay mujer, no llorés más,
ya estás arrugada
de estar sumergida en tus propias lágrimas,
no lo ocultés,
así solo se llora por amor.
Ya para qué mujer,
no llorés más,
ya perdiste la libertad,
rendite mujer,
no jugués a la que se va a soltar,
dejá de llorar,
te vas a ahogar en tus propias aguas.
Calmate mujer,
todos matamos lo que amamos,
ya estás pagando tu condena.