Según una de las autoras del estudio Lucia Regolin los animales "realizaron aritmética básica" para calcular qué pantalla ocultaba el mayor grupo de objetos. Los pollos siempre trataban de permanecer junto a los objetos que tienen detrás, justo igual que permanecen cerca y siguen a sus madres tan pronto como salen del cascarón. Ese instante de reconocimiento se conoce como "sello" o "impronta".
"Hemos descubierto que los polluelos tienen tendencia a aproximarse al grupo que contiene un mayor número de objetos familiares", explicó la profesora Regolin, que estudia el comportamiento animal en la Universidad de Padua.
Ella y su equipo fueron capaces de probar los conocimientos numéricos de los pájaros que siguieron los objetos, que en este caso, se trataba de pequeñas pelotas de plástico. "Utilizamos pequeños contenedores de plástico donde dentro colocamos huevos 'Kinder' y los suspendimos de un hilo de sedal", añadió la investigadora en declaraciones a la cadena BBC News de las que se hace eco Europa Press.
Así, en cada una de las mini pruebas, un pollito miraba desde una caja transparente mientras uno de los investigadores movía lentamente las pelotas entre las dos pantallas, a razón de tres detrás de una pantalla y dos detrás de otra pantalla.
Posteriormente, la puerta delantera de la caja se abrió, de forma que el pollo era liberado en una pista de arena para que pudiera caminar y seleccionar una de las dos pantallas en las que mirar por detrás. "Eligieron correctamente y añadieron el número de objetos del grupo que no podían ver en ese momento", precisó la profesora que agregó que el pollito incluso se acercó al mayor de los dos primeros grupos, a pesar de que dependía de su memoria para averiguar cuál era la pantalla que debía elegir.
Con huevos de chocolate y pelotas
Por otra parte, en un experimento posterior, una vez que se habían escondido las pelotas detrás de cada pantalla, se transfirieron algunos objetos de una a otra. Entonces, según Regolin, las crías fueron capaces "de contar las pelotitas que habían sido movidas al contar qué pantalla escondía el mayor número al final del traslado".
Ya se conoce de la capacidad de muchas especies no humanas como primates y monos para contar, e incluso, los perros domesticados han sido capaces de realizar pequeñas sumas. Sin embargo, esta es la primera vez que tal habilidad numérica se comprueba en este tipo de animales de tan corta edad y sin adiestrar.